Christopher Wylie narra en su muy interesante libro Mindf*ck (Manipulador): Cambridge Analytica. La trama para desestabilizar el mundo, Rocaeditorial, 2020, cómo conoció a Steve Bannon en torno al proyecto de Cambridge Analytica, antes de que se volviera un escándalo político por su denuncia del complot para manipular las elecciones en Estados Unidos en favor de Trump, entre otras jugadas, atacando a la candidata del Partido Demócrata, Hillary Clinton.
Curiosamente, el cerebro de la guerra de información conducida por Cambridge Analytica, Chris Wylie, y el ideólogo conservador Steve Bannon, al conocerse coincidieron en que la política y la moda son esencialmente fenómenos del mismo tipo y que las preferencias culturales eran muy útiles para conocer y predecir los comportamientos utilizando técnicas avanzadas de computación y algoritmos secretos para influir a la hora de votar y de comprar todo tipo de cosas.
Es curioso porque en cuanto moda, Steve Bannon era el anti-moda, en cambio, la tesis de doctorado que investigaba Chris Wylie en ese entonces era sobre las relaciones entre moda, cultura y política y ahora incluso firmó un contrato de consultoría con una compañía sueca de fast fashion Hennes & Mauritz (H&M). La moda rápida se caracteriza porque las prendas y tendencias cambian a la misma velocidad con la que cambian los gustos de los consumidores. Wylie ayudará a H&M a utilizar datos e inteligencia artificial para comprender mejor los mercados, las tendencias, los clientes y las prendas que vende, mediante el uso de inteligencia artificial “sostenible y ética”. Como cabeceó un periódico refiriéndose a Wylie: “De la Moda al Fascismo y de vuelta a la Moda”.
Alguien señala que así como el singular pintor Mark Rothko pintaba por capas, Steve Bannon vestía por capas, una camisa encima de otra y un par de camisetas abajo, etc, su moda era la anti-moda del permanente desarreglo, su cabello alborotado, no es el estilo cuidadosamente descuidado que se estila hoy sino el «antilook», el intento de huir de las tendencias del momento. El gran influenciador no se deja ser influenciado totalmente por nadie y podría decirse que también piensa en capas de muy distinta contextura.
En concordancia con la ideología del controversial ex Asesor de Trump cercano a la ultraderecha estadounidense, la consultoría de Cambridge Analytica se enfocó en "cambiar la cultura" para cambiar la política. Dice Wylie que para Bannon el Caos y la Disrupción eran principios de su excéntrica ideología. Parecida al concepto postmoderno de caos, pero que aplicado a la cultura como formadora de la postpolítica actual significa un caos deliberado donde es posible interrumpir el proceso de elecciones libres y equitativas para encauzar la sociedad de vuelta a las tradiciones, paradójicamente mediante el agudizamiento del extremismo cultural y sociopolítico.
Mediante la guerra de información, según Bannon, el extremismo político es una actividad cultural paralela con la moda: ambas están basadas en cómo la actividad cultural prolifera a través de los nodos de una red. Según Wylie, el incremento en una forma de terrorismo es como la popularidad de las sandalias crocs que pueden ser pensados como resultado de flujos de información.
La idea es tratar de anticipar cómo las personas asimilan y luego difunden la información cultural, ya sea la decisión de unirse a un grupo extremista o comprar unos ciertos zapatos. Bannon entendió inmediatamente este enfoque. Lo que no supo entonces, dice Wylie, era que Bannon quería hacer una GUERRA CULTURAL y por eso le interesaba la metodología de SCL y los instrumentos del Instituto de Dinámica del Comportamiento para utilizarlos para construir su arsenal y convertir el diseño en una manipulable Gran Disrupción sociocultural para utilizarla en favor de políticas conservadoras o más bien extremistas como se vió en el desenlace que llevó a la llamada insurrección del Capitolio el 6 de enero pasado y que dio lugar al proceso contra Trump.
Marzo 2021
