Ignorancia de los protocolos para una crisis sanitaria inédita, y la falta de un líder o lideresa de talla mayor al frente de la SEP que conduzca el regreso a clases revela lo que para muchos es claro: no hay estrategia.
La improvisación, la falta de prevención y de capacitación de los profesores, además del manejo de nuevos contenidos, los lanzaron a un escenario incierto sin red de protección.
Entre lo que la política pública dicta para que esta generación no pierda su oportunidad en el nuevo tiempo que les toca vivir y el movimiento que genera el regreso a clases de alumnos, docentes, padres de familia y comerciantes, y el probable contagio de la Covid-19 la decisión fue difícil, seguramente, desde donde se mire.
El 23 de marzo de 2020 se suspendieron las clases, en razón de la pandemia. El estado de Campeche regresaría en 2021 pero tuvieron que suspender a los pocos días debido al incremento de casos positivos. Coahuila inició hace una semana.
En otros países la mayoría volvió a clases en enero y febrero. Otros lo pospusieron para mayo y junio.
España regresó el 7 de enero de 2021 cuando se registraron alrededor de 19 mil 700 casos diarios de contagio. En el Reino Unido, las escuelas de educación primaria y secundaria no volvieron sino hasta marzo, mientras en algunos estados federados alemanes el regreso presencial fue hasta junio.
Por lo que hace a nuestro país, ayer se reanudaron las clases presenciales, mientras el Estado de México encabeza la lista con 93 fallecimientos de menores, le sigue la Ciudad de México con 45 y Baja California con 44. El 57 por ciento de los contagios corresponden a adolescentes entre 12 a 17 años, el 23 a niños entre 6 y 11 años, y el resto, a pequeños entre 0 y 5 años.
Vale la pena comentar un incidente de una docente en California, Estados Unidos, la que se quitó el cubrebocas para leer un texto y contagió a media clase, lo que nos habla de la necesidad que los profesores estén capacitados para el manejo estricto de la pandemia en sus salones de clases.
La oposición a las clases presenciales es por el regreso sin garantías de un protocolo de sanidad, a fin de evitar contagios: agua corriente para lavado de manos, sanitarios limpios, cubrebocas obligatorio, ventilación de salones y supervisión de los padres de familia.
