Estamos concluyendo el año 2017, sin embargo, no son halagadoras las noticias en cuanto a la delincuencia y sus efectos nocivos en una sociedad que sigue lastimada y pendiente de las soluciones a este problema.
A últimas fechas, hemos conocido, a través de los medios de comunicación, una serie de noticias que nos dejan preocupados y pensativos. El número de asesinatos de mujeres, sobre todo jóvenes, va en aumento y cada vez son más cruentos. La preocupación de los padres de familia de que sus hijas salgan a la calle es cada vez mayor y con toda razón.
Debemos hablar de un fenómeno social y no sólo delictivo, recordemos que este delito se comete en su mayoría dentro del círculo familiar y social de la víctima, o sea quien priva de la vida a una mujer casi siempre es conocido por ella.
E n su primera etapa, el feminicidio, como tipo delictivo, se reducía a señalar este delito como la privación de la vida por un sujeto activo que tenía un lazo afectivo con la víctima, sin embargo, el clamor social hizo que se reformara la ley añadiendo otros factores al delito para considerarlo como feminicidio, entre otros; la violencia extrema y la exhibición de la víctima.
Pero, regresemos al problema social, ¿por qué la violencia contra las mujeres, se tuvo que crear como un delito en especial para ser castigado?, ¿por qué la alerta de género?, ¿será la autoridad la única responsable de este problema o es una conducta reiterada que ha trascendido en el tiempo y que antes se denunciaba poco o nunca?, ¿ha sido el estoicismo de las mujeres lo que escondía estos hechos?.
sesenceramente, pienso que son muchas preguntas y la única respuesta que encuentro es que nuestra sociedad debe ser reeducada para terminar con muchas atrocidades que en ocasiones no alcanzamos a comprender: el respeto a las mujeres no se basa en la acción de la autoridad de solo castigar, sino en la educación, debemos ser capaces de educar a nuestros hijos varones en el respeto a la mujeres o ¿es necesario que el Estado endurezca las penas para lograrlo? Nos hemos percatado que las consecuencias punitivas no esyán dando los resultados apropiados pues tenemos cárceles llenas de reincidentes que prefieren permanecer atendidos por el gobierno que luchando por una vida digna al exterior.
Instisto, es cuestión de educación, valores y principios, debemos pugnar por una sociedad donde la mujer pueda desarrollarse libremente, sin temor a salir a la calle, sin que sea molestada por simples miradas mal intencionadas y sobre todo sin el miedo diario a ser secuestrada, asesinada y volverse parte de las estadísticas de crímenes no resueltos. Cada uno de nosotros debemos trabajar en lo que nos toca, la autoridad en la prevención del delito y las investigación criminal y nosotros en la educación de nuestros hijos. Un México con mujeres seguras será un México mejor. Mis condolencias a las familias afectadas.
Por cierto: ¡Felices Fiestas!
