Puntualidad es virtud

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Publicado en Opinión

Puntualidad es virtud

Miércoles, 09 Febrero 2022 01:01 Escrito por 
Jorge Olvera García Jorge Olvera García Inventario

El viejo adagio, siempre vigente, dice que “la puntualidad es cortesía de reyes. Deber de caballeros y costumbre de personas educadas.”

Esta célebre frase habla del cultivo de las buenas maneras y de cómo estas, expresan respeto hacia las demás personas. Ese es precisamente el caso de la puntualidad.

El tiempo es un recurso invaluable, es tan importante que ha sido motivo de reflexión e inspiración para escribir cientos, miles, de cuentos, canciones, poemas, ensayos, novelas, estudios científicos; todos, tan versátiles como pertinentes, interpretándolo como el rumbo hacia la muerte, como algo más valioso que el oro, o como la más maravillosa invención humana en la que ciframos la vida misma.

Por ello, la puntualidad es considerada un gesto de cortesía que implica el respeto a ti mismo y a tu manera de conducirte en la vida; hablo también de la pulcritud con que haces las cosas, porque forma es fondo, diría Reyes Heroles.

Asimismo, ser una persona cortés y puntual es estar consciente de los contextos cotidianos, de la necesidad de relacionamiento con las demás personas, de poner cada cosa en su lugar y de dar a cada una su tiempo y su importancia.

Por ello, la puntualidad habla no solo habla de quien acude a una cita, sino de la precisión con que se hace algo, y de la consideración que implícitamente significa para las personas a las que está dirigida la acción.

Es decir, si te dejan plantado es porque quizá la relación contigo o tu persona misma no le importa tanto a la otra persona, esto no siempre es así, pero así suele interpretarse, por eso una personal puntual siempre es bien apreciada.

El respeto al tiempo de los demás es un don de gente educada; una cualidad, buen oficio y elegancia, porque es bien sabido que quien respeta el tiempo de los demás, muy probablemente tiene posee muchas otras virtudes.

Soy un convencido de que lo sencillo es lo adecuado, siendo especialmente sensible a la puntualidad, porque no cuesta y vale mucho, marca la personalidad de las personas, las relaciones y puede ser la base de una sana convivencia, pero también el principio de grandes logros, acuerdos y éxitos.

Hagamos de este gesto un hábito imprescindible en nuestra vida, porque todo significa y comunica; o como lo escribió el connotado dramaturgo y poeta William Shakespeare: “Mejor tres horas demasiado pronto, que un minuto tarde”.

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