El martes por la mañana en una mañanera un poco distópica se presentó Martí Batres diciendo que se esperaban hachas, picahielos, bombas molotov y el caos.
Hubo de todo, por supuesto, dos mujeres heridas por romper una estructura que se vino abajo.
El operativo que se instauró para proteger al contingente feminista fue enorme, miles de policías, mujeres, vallas metálicas, extinguidores y sobre todo la vigilancia permanente de los grupos radicales.
Más allá del saldo, vi una tendencia del gobierno federal de satanizar y reprobar el movimiento feminista, creo que ellos querían que saliera mal, que todo comprobara que efectivamente estas mujeres “conservadoras y reaccionarias” sacaran los sopletes y trataran de entrar a Palacio Nacional.
Insistió que este tipo de grupos radicales lo que busca es mostrar un “México en llamas”.
Considero que es cierto, pero todos sabemos que no mienten. México está en llamas, no solo por las mujeres que han muerto en manos de sus maridos, novios, amantes, primos, padres, padrastros, amigos, etc. No, también están los que fusilan personas, los que arman una balacera cerca de una escuela. México está en el poder de la mafia, que mueve todo.
Un 8M no iba a evidenciar lo que ya había hecho un partido de futbol. Porque el 8M nos dimos cuenta de que las “reaccionarias conservadoras” necesitan no solo elementos policíacos, sino a la mismísima marina. En cambio, el 5M solo necesitaron guardias de seguridad normales, para un partido peligroso donde hubo armas, palos e ira.
Esas imágenes del 5M recorrieron el mundo, incluso la FIFA está estudiando si quitarle la sede a México para el Mundial. Antes el 27F fusilaron a 12 hombres a pleno día. Lamentablemente, tenemos tantos días que recordar, que no nos alcanza el calendario. Los estados del norte y sur viven su peor época en manos del narco. Así que una marcha no está poniendo a México a la vista de todos, no “quiere hacer quedar mal al sistema”, este hace mucho que no tiene sentido.
A los que protestan se les toma como detractores del sistema, a los narcos y muertos como inexistentes.
Lo que debe tener claro nuestro presidente es que nadie quiere poner en mal al país, ya lo está.
El 8M no es solo para él, para reclamarle. Es por todas las que ya no están, por todas esas mujeres, niñas, niños, hombres que siguen desapareciendo. No es una cuestión de género, es justicia para todos.
Aquellos que siguen creyendo que el feminismo es solo un movimiento de mujeres, están equivocados, es para que todos estemos bien, para que todos estemos a salvo. No está compuesto solo por aquellas que van a la marcha, está formado por todas las y los que trabajamos, las y los que luchamos, las y los que cuidamos a nuestros hijos e hijas, las y los que enseñan. Es un movimiento de todos los que queremos vivir en paz, con justicia, con seguridad, con equidad. Tiene el rostro de una mujer, pero lo formamos todos.