Es evidente que la carrera por la gubernatura ya empezó. Hay efervescencia en todos los partidos políticos con registro en la entidad, porque hay muchos interesados, de peso, en conseguir la candidatura a la gubernatura en la elección de 2023. No solamente en el PRI, que pudiera parecer lógico, o en Morena, los dos que podría considerarse son los más grandes y los que tienen mayores posibilidades de ganar con el apoyo, claro, de sus aliados electorales.
En el PRI hay muchas caras conocidas que buscan la nominación, desde diferentes trincheras. Ya es lugar común hablar de los priistas que aparentemente están cobijados por el gobernador Alfredo Del Mazo Maza y quienes, también en apariencia, son respaldados por el presidente nacional priista, Alejandro Moreno Cárdenas.
En el primer grupo estarían la secretaria de Desarrollo Social, Alejandra del Moral Vela; el coordinador de los diputados priistas en el Congreso local, Elías Rescala Jiménez, y el secretario general de Gobierno, Ernesto Nemer Álvarez.
En el segundo paquete tendríamos a las diputadas y diputados federales aparece Ana Lilia Herrera Anzaldo, Ricardo Aguilar Castillo, Carlos Iriarte Mercado, Gustavo Cárdenas Monroy y Laura Barrera Fortoul. Ricardo y Carlos forman parte del equipo de Moreno Cárdenas, uno como secretario de Organización y el otro, de Acción Electoral.
Y si bien cada uno y una se han formado por méritos propios, debemos recordar que siempre el apoyo de quienes dirigen el partido y los gobiernos, son fundamentales para ocupar los espacios de representación popular y puestos públicos. Ya lo hemos comentado Arturo Montiel Rojas, Enrique Peña y Eruviel Ávila tendrán gran peso en las decisiones.
No hay que olvidar que Isidro Pastor, en apariencia, era la carta fuerte de Montiel Rojas y Del Mazo de Peña Nieto, mientras que Ana Lilia fue impulsada por Eruviel. En su momento, ninguno de ellos logró la nominación y de los tres solo Del Mazo la logró, pero seis años después.
En Morena, el partido del presidente, el propio AMLO se ha encargado de expresar abiertamente su simpatía con la maestra Delfina Gómez Álvarez, a quien pone como ejemplo de lo que debe ser un servidor público: honesto, humilde, sencillo, eficiente, atributos que no regatea en otorgárselos a la texcocana.
También de Texcoco, Higinio Martínez Miranda y Horacio Duarte Olivares, mantienen cercanía con AMLO. Pero hay que recordar que Pedro Zenteno Santaella, expresidente municipal de Teoloyucan, es cercano a los afectos del presidente, como lo son Alejandro Encinas y Yeidckol Polevnsky. Seis políticos surgidos todos ellos del PRD y que ahora militan en Morena. Todos, en diversos grados, disfrutan de la confianza y la amistad de Andrés Manuel. Méritos los tienen.
Salvo el PAN, con Enrique Vargas del Villar, que ha logrado posicionarse de manera contundente en el ánimo de diversos grupos políticos y del electorado, los demás partidos tienen aspirantes meramente testimoniales, que buscarán la nominación, pero más para hacerse notar al interior de sus partidos y de las alianzas que en su momento integrarán, que lo que pueden lograr.
Allí se ubican, por ejemplo, Omar Ortega, del PRD; José Couttolenc, del Partido Verde; el eterno Óscar González, del Partido del Trabajo. Mención aparte merece Juan Zepeda Hernández, dirigente estatal de Movimiento Ciudadano, quien se perfila para ser el candidato de ese partido.
Finalmente, surgen algunas preguntas. ¿De verdad hay distanciamiento entre Del Mazo y Moreno Cárdenas?, ¿la división priista entregará a Morena la gubernatura?, ¿Morena en su conjunto respetará la decisión de AMLO?, ¿el PRI está preparado para postular a un panista?, ¿si Morena pierde, respetará los resultados?, ¿lo que logre el PRI en el Estado de México determinará posible candidatura a la presidencia de Alfredo del Mazo?
Los próximos meses serán cruciales para todos los partidos y atestiguaremos circunstancias políticas inéditas en el Estado de México.