En el marco de un discurso de odio, de la polarización de la sociedad, de la violencia explícita que comunican quienes son los dueños de pueblos y regiones donde se han asesinado a 55 periodistas en lo que va del sexenio, de ellos, 8 durante los tres primeros meses de 2022, en territorios distantes unos de otros: Zitácuaro en Michoacán o Tijuana en Baja California, dos del mismo medio, en Veracruz, en Salina Cruz en Oaxaca, en Fresnillo en Zacatecas, y los que se van acumulando.
¿En qué se parecen todos estos asesinatos? En que las víctimas son periodistas de influencia regional, son críticos del poder local, cualquiera que éste sea, crimen organizado, poder económico o político, quienes reaccionan al ser señalados o exhibidos.
Hombres y mujeres del gremio que trabajaron su investigación, que acudieron a sus fuentes y mantuvieron la secrecía de éstas, publicaron e informaron los hechos, pero también exhibieron a los protagonistas de la investigación. Informadores que son estigmatizados por difundir verdades que incomodan.
En los territorios delimitados por la geografía de la violencia, se sabe bien quien es quien, los que cobran derecho de piso, quienes secuestran y extorsionan, quienes son narcos, quienes se dedican a la trata o al trasiego de armas y estupefacientes. Las poblaciones de estos territorios lo saben pero verlo en medios es diferente.
Reporteros sin Fronteras señala que los periodistas de América Latina deben dejar de ser asesinados, que es urgente detener la espiral de violencia, cuyas consecuencias son dramáticas e irreversibles para la democracia de la región; asimismo, además de condenar lo que ocurre, declara que México, Honduras, Colombia son los países más peligrosos para ejercer el periodismo en el continente, estigma que no sólo representa problemas en términos de reputación sino consecuencias de carácter político y económico; por último, un país donde se agrede a la prensa diariamente por cumplir con su misión de informar, el ejecutivo federal no puede fungir como juez de los medios de comunicación.