El presidente Andrés Manuel López Obrador reiteró en su conferencia del viernes primero que México ya no es tierra de conquista después de dar a conocer los resultados de la reunión que un día antes sostuvo con el enviado de Estados Unidos para el cambio climático, John Kerry, el embajador de Washington en México, Ken Salazar, y un grupo de empresarios estadunidenses de los sectores eléctrico, manufacturero y automotor.
El interés de los funcionarios estadunidenses estuvo centrado en la iniciativa de reforma en materia energética propuesta por la presidencia de la República que fue entregada al poder Legislativo para su discusión.
El gobierno belicista de Estados Unidos ha insistido (con un aparente toque de diplomacia) en intervenir al margen de tratados internacionales en políticas que son de exclusiva decisión de los mexicanos a tal grado que medios independientes lo han calificado de intervencionismo.
Sin embargo, en su mañanera de ese día el presidente de la República informó que los funcionarios de Estados Unidos salieron satisfechos del encuentro y que (aparentemente) no le externaron inquietudes por la iniciativa.
En contraste, la embajada de Estados Unidos en México emitió un comunicado en el que expresa que dichos representantes insistieron en preocupaciones sobre los cambios en la política energética mexicana y posibles violaciones al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá.
En defensa de la soberanía de México y su autodeterminación, el presidente mexicano desmintió que la delegación estadunidense haya llegado a un acuerdo para mantener un equipo en México que supervise los pasos que seguiría la reforma (eléctrica).
Andrés Manuel López Obrador informó que en contratos en los que haya habido o se ventile algún acto de corrupción no habrá ningún tipo de acuerdo. Reiteró la voluntad del gobierno mexicano para un entendimiento con los empresarios del sector energético, quienes antes tendrán que respetar.
“Hay terminales que tienen permiso, pero que se clausuraron porque se comprobó que se utilizaban para meter combustible de contrabando y vendían huachicol, y eran empresas famosas. Entonces, así no”.Desmintió las falsas versiones de que el gobierno mexicano quiere estatizar todo el sector y dio cifras y costos del porcentaje de participación privada que hay en la materia y de la que se han servido de manera abusiva empresas extranjeras.
*Presidente de la ONG Franature