En el fragor de la batalla política por la presidencia, los actores empiezan a presentar propuestas relativas a la seguridad en nuestro país, y que desalentador es observar que estas propuestas tienen más tintes políticos que planteamientos serios sobre el tema que preocupa a millones de Mexicanos.
Es cierto que resolver el tema de la tranquilidad y paz social dará votos pero también que los esfuerzos fallidos darán como resultado una sociedad dolida y temerosa que deja de creer para convertirse en el peor enemigo de lo político.
En la seguridad ha quedado atrás el término que por muchos años la definió como un servicio, dejo de ser Seguridad Pública para convertirse en Seguridad Ciudadana que observa la actividad del estado para establecer un control social y castigar los actos antijurídicos e involucra activamente a la sociedad en general para realizar actos principalmente de prevención y de denuncia que concatenados a la actividad oficial darán como resultado la disminución de la delincuencia.
Se insiste en centralizar la seguridad y ahora se habla de una Guardia Nacional compuesta por todas las corporaciones. Además del Ejército y la Marina se sigue hablando de un jefe supremo, pero ¿en dónde se deja la potestad jurídica del los Estados y Municipios para hacer cumplir sus determinaciones y establecer el control social ya que es su obligación en un Estado de Derecho?
Por otro lado, se sigue pensando que la única delincuencia a la que hay que atacar son los grandes cárteles u organizaciones poderosas que cometen delitos de alto impacto y estoy de acuerdo que hay que atacarlos pero se olvidan de los delitos que todos los días se cometen directamente en contra de los ciudadanos comunes como el robo a transeúnte; a casa habitación; a comercio; a cuentahabiente y todos aquellos que vulneran la tranquilidad cotidiana de la población en general.
Las policías municipales no deben desaparecer, al contrario, deben ser fortalecidas al amparo de la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Estas son las Policías de cercanía, son los aliados de los ciudadanos para lograr esa paz social que tanto deseamos.
Como un tema menor, siempre se deja atrás a la prevención del delito que debería establecerse como una materia obligatoria en la currícula de la educación obligatoria en México, debe inculcarse desde temprana edad a cada miembro de la familia y el Estado debe propiciar en sus ciudadanos a través de planes y programas ambiciosos en los que se incluya principalmente la recuperación de los valores cívicos, éticos y sociales que logren fortalecer los principios de respeto a la autoridad, no sólo a la autoridad gubernamental sino a la autoridad de los padres, de los maestros y en consecuencia a todo aquello que nos lleve a una relación social con base en la legalidad.
En conclusión, las propuestas en materia de seguridad, a mi parecer, no deben constreñirse a la centralización de esta actividad, tampoco deben ser solo propuestas de un trabajo del aparato gubernamental y deben incluir a la ciudadanía en general para la prevención, más aún, se debe escuchar la opinión del conglomerado social que resiente todos los días la acción de la delincuencia y debe fortalecerse a las policías cercanas, que son las municipales, para que en conjunto con los ciudadanos demos una verdadera batalla a las delincuentes que todos los días vulneran nuestra seguridad y paz social sin dejar a un lado el ataque a la delincuencia organizada, claro está.
Por cierto; ¿en tu familia todos conocen los teléfonos de emergencia?, es una buena práctica tenerlos bien ubicados y aprender a utilizarlos en caso necesario. El 80% de las llamadas a estos teléfonos son falsas y esto provoca la desatención de las verdaderas urgencias.
