Para pocos puede causar sorpresa el inicio de la campaña abierta del partido oficial, Morena, en tierras mexiquenses. Los morenistas, intentaron mostrar una unidad que aún está lejos de que sea tal como la que pretenden vender. A los aspirantes a la presidencia de México les faltó el senador Ricardo Monreal. Le juegan sucio al que es el mejor operador político que tienen.
Por otro lado, aún no existe un firme abanderado para pelear por la silla del ejecutivo estatal, pero el grupo Texcoco levanta la mano con el sentimiento que les da la idea de tener mano en la elección del candidato. Higinio Martínez, Horacio Duarte y Delfina Gómez, definen en gran medida esa oportunidad que la sienten asegurada, para cualquiera de ellos.
No causa sorpresa que se hayan reunido en el corazón de la capital del Estado de México a lo que se le puede identificar como la clase política más empoderada del partido marrón. Estuvieron, además de los que buscan la candidatura estatal, los que aspiran contar con el visto bueno del presidente Andrés López Obrador para la presidencia de la República, Adán Augusto López, Marcelo Ebrard, y la preferida del tabasqueño, Claudia Sheinbaum.
No pueden evitar todos ellos, tener la idea que van a ganar fácilmente el Estado que reviste gran importancia por los 12 millones de posibles votos que representa, lo que les daría, un gran empuje en la lucha por confirmar a la 4t para el 2024, que estará a la vuelta de la esquina, después, claro, de la elección de gobernador de Coahuila y Estado de México.
El partido en el poder no deja de estar en campaña, principalmente el mandatario, violando un día, el otro también, y el que sigue por igual, cualquier norma electoral que se les pueda atravesar, ya que pueden estar incurriendo en actos anticipados de campaña. Mientras tanto, mantienen aún sus promesas, para alcanzar el último tramo del gobierno lopezobradorista, con el afán de evitar una precipitada caída en las preferencias.
Pero, ¿Con qué armas se prepara Morena para enfrentar el 2023? Pues no se debe ser adivino como para imaginar la forma en la que lucharán por la conquista del voto; será como lo han venido haciendo en las diferentes entidades. Harán uso de la presión que les ofrece el conocimiento de los beneficiarios de los programas sociales, así como de todo lo que se les ocurra con el visto bueno del presidente, sin importar hasta dónde puedan pasar por encima de las reglas, las normas y las buenas costumbres.
Veremos a un repetido sistema de trabajo de campo como el que realizaba el PRI hasta hace poco tiempo, porque no hay nada nuevo, bueno sí, la presión que pueden ejercer grupos que en las pasadas elecciones contaron con manga ancha para empujar a los “simpatizantes” a votar por el partido del presidente.
El Estado de México es de suma importancia, y, a menos que algo se esté cocinando en lo oscurito, Morena no tiene garantía de salir avante en la contienda casi sin despeinarse como lo presumen. De acuerdo a la encuesta de Massive Caller puntean las preferencias Delfina Gómez y Enrique Vargas, como se señaló en este medio. Sin perder de vista el papel que jugarán Movimiento Ciudadano y Verde Ecologista, que será de pronóstico reservado: ¿a quién beneficiarán y a quién perjudicarán si van solos?
De esta forma, adelantar los tiempos del juego electoral, exhibe el nerviosismo que existe en Morena al provocar con actos adelantados y abiertos al Instituto Electoral y a la oposición, y con ello, muestran las armas que se utilizarán en adelante para poder conseguir el objetivo.
Seguramente la coalición Va por México toma nota de lo observado el domingo pasado, pero también, debe hacerlo de las pasadas elecciones que dejaron un mensaje claro; si no pueden animar a la ciudadanía para salir a las calles y participar, ganará el abstencionismo, beneficiando al partido oficial.
En Morena creen que ganarán caminando, grave error, de considerarlo de esa manera; tendrán que trabajar muy duro, porque, aunque gobierne uno de los municipios más grandes como lo es Ecatepec, aún en esa demarcación no las tiene todas de su lado.
Para el PRI, que es el partido en el gobierno, no causaría mucha gracia perder el Estado en manos de los morenistas; aún no se puede saber las condiciones que tendrán que sortear en la contienda, porque falta conocer al candidato o candidata que enfrentarán, pero principalmente, falta saber quién será el elegido de la coalición Va por México.
El presidente y Morena han quebrado todo lo que se ha podido quebrar, han pasado por encima de la Constitución, normas y leyes, pareciera que no existe forma cómo detenerlos. Pero les toca enfrentar algo más poderoso que los adversarios. La realidad.
El gobierno federal no ha ofrecido resultados para apoyarse en ellos, materialmente ninguno, que puedan utilizar como para conquistar voluntades; por eso es el nerviosismo y la urgencia para adelantar las campañas, como lo han hecho con todas las demás, para meterse de lleno en la pelea y dejar de hablar de lo que les pega por falta de interés o de capacidad.
No bastará con los acarreados, para Morena, como se vio el domingo pasado en el inicio de sus actividades proselitistas, no serán suficientes los programas sociales; el tiempo que resta para las elecciones aún no advierte preferencias definitivas, a pesar de que al día de hoy Morena aparece como favorito. Pero si al iniciar su campaña tienen que recurrir a las viejas prácticas, lo que vendrá después se vuelve más que predecible.
