Parece que los tiempos electorales no son los mismos para todos los involucrados en la contienda que habrá de determinar al sustituto del gobernador Alfredo del Mazo Maza en el 2023. Por el momento, no existe certeza de que la fuerza que en su momento adoptó la coalición “Va por México” se mantenga tan firme como en la jornada electoral del 6 de junio de 2021.
En Acción Nacional cuentan con un solo aspirante al que le han dado todo el apoyo; con la confianza de que es el que ha encabezado las diferentes encuestas, materialmente desde que se hizo pública la propuesta por parte del partido azul. Enrique Vargas del Villar, cuenta con las cartas necesarias y, sobre todo, con la fuerza que se requiere para enfrentar a la poderosa maquinaria de Morena, que contará con programas sociales y recursos federales, sin duda.
Pero si Vargas del Villar no tuviese el apoyo de las demás fuerzas políticas, se antoja muy complicado el panorama para su eventual candidatura en solitario. Recién declaró en Naucalpan, que, si sus aliados no quieren ir juntos, están listos para competir solos, dejando ver que existe la posibilidad de buscar la silla del ejecutivo estatal sin la coalición.
Bajo estas condiciones, se podría estar viendo el inicio del fin para la coalición que mucho depende de la fortaleza que adquirió en las pasadas elecciones, de toparse de frente con su fractura. De la misma forma, sería el adiós por tiempo indefinido del último bastión priista, y entonces, el único vencedor resultaría ser el presidente Andrés López Obrador y su partido.
No cabe duda que el PAN puede emprender la cruzada para arropar a su candidato en la búsqueda del voto ciudadano. Pero, no se debe dejar de lado que fue el PRI el partido que mejores resultados, en cuanto a número de votos, obtuvo el año pasado. Sin embargo, puede no ser suficiente esa condición como para sostener la seguridad de poder imponer al candidato de la alianza.
De la misma forma, en el partido tricolor aparentemente no existe aún la posibilidad de observar alguno de los aspirantes con la suficiente fuerza como para medirse con el panista, y que sea un ejercicio democrático el que determine quién deberá representar a la coalición. Que no se debe de olvidar, nació de un impulso ciudadano. Pero no es tanto así, pues son tres las priistas que aparecen en la recta final; Alejandra del Moral Vela, Ana Lilia Herrera Anzaldo y Laura Barrera Fortoul.
El problema radica en que el Revolucionario Institucional cuenta con varios cuadros, bien formados y con conocimientos más que comprobables en el tema proselitista y en el ejercicio de la administración pública en los diferentes niveles de gobierno.
Y es precisamente ese el conflicto, porque, mientras en Morena parece que únicamente falta la decisión del presidente, como en la época de oro del viejo PRI, en esta ocasión no hay quien se arrogue ese poder en el Revolucionario Institucional. Pues, por un lado, el líder nacional Alejandro Moreno “Alito”, que se encargó de hacerse de todo el poder institucional, hoy por hoy no las tiene todas consigo, debido a los escándalos en los que está inmerso, aunque, además, menudo favor le hace a su partido al negarse a renunciar o solicitar permiso para enfrentar sus problemas y no dañar a la coalición.
Por otro lado, se encuentra el gobernador Alfredo del Mazo, quien, cada vez deja más preocupados a las bases de su partido al felicitar sin mayor empacho, y en cada oportunidad que tiene, al presidente López Obrador; lo que ha causado en más de uno cierta preocupación, que arroja muchas dudas.
El PRI, naturalmente cuenta con muchos aspirantes, no es casualidad, su formación les da la ventaja del conocimiento que adquieren con base en la experiencia, pero no se observa por el momento, a ninguno en particular, que pueda medirse de tú a tú con el panista Vargas del Villar, y presumir que cuenta con mejores condiciones como para no dejar duda de su legal aspiración. Todos quieren, y nadie pretende ceder terreno.
Por parte, del PRD no es muy diferente la situación, además de que han manifestado una sentida queja de que poco han sido tomados en cuenta para diversas decisiones, ahora también, presumen que podrían ir solos a la contienda, según lo declaró Jesús Zambrano, líder nacional, con un candidato propio. Para muchos actores políticos estas declaraciones no deberían ser tomadas tan en serio, ya que el partido del Sol Azteca, en caso de decidirlo así, no tendría ninguna posibilidad de ganar, presumen.
Habría que recordarles, que Juan Manuel Zepeda Hernández (PRD, hoy MC) no parecía tener ninguna oportunidad en el proceso electoral del 2017 en el que resultó electo del Mazo Maza, sin embargo, fue avanzando al grado de que alcanzó el 17.84% de la preferencia electoral, por encima de Josefina Vázquez Mota (PAN), Teresa Castell (Independiente) y Óscar González (PT), y se puede decir que le faltó únicamente tiempo para poder poner nerviosos a los punteros, Delfina Gómez de Morena y el priista del Mazo.
Pero si deciden PAN y PRD aventurarse a la conquista del gobierno mexiquense por cuenta propia, habrán fracturado a la alianza “Va por México”, y en realidad, de acuerdo a como se ha visto en otras entidades; se estaría anunciando desde ya, el triunfo del partido marrón, las lamentaciones vendrán después y seguramente demasiado tarde.
Por parte de MC quieren intentarlo precisamente con Zepeda, porque es bien sabido que al partido naranja no le causa ninguna gracia hacer coalición en donde se encuentre el PRI, según dicho de su líder Dante Delgado.
El Verde Ecologista se encuentra en una situación similar, a pesar de hacer alianza con Morena. Por lo que la esperanza de ver a una fuerza conjunta para medirse al poderoso partido del presidente, está pendiente, pero supone esfumarse en las aspiraciones de la oposición, lo que terminaría por poner en charola de plata a la entidad mexiquense.
Para llorar y arrepentirse por dejar pasar esta oportunidad, ya tendrán mucho tiempo; mientras eso sucede, existe una gran parte de ciudadanos que sienten el abandono por no ser tomados en cuenta. Son ellos, quienes mantendrán esa espantosa cantidad de indiferentes al voto, los llamados abstencionistas. Sí, puede ser que quien a final de cuentas triunfe, sea el abstencionismo, beneficiando desde luego, al partido en el poder.