Es por demás señalar que el mayor reto que se le ha presentado, como era de esperarse, al gobernador Alfredo del Mazo Maza, es el tema de la seguridad, no podía ser para menos, la entidad mexiquense padece los estragos que le resultan de tener colindancia con entidades que sufren desde hace mucho tiempo la violencia que va ligada a la manifestación de la presencia de grupos criminales relacionados principalmente con las drogas.
Por su ubicación, para muchos otros aspectos como son el comercio, el turismo, las comunicaciones, son de los que se ve beneficiada la entidad por su privilegiada posición en el mapa nacional; sin embargo, también es el paso obligado hacia el norte, hacia los Estados Unidos, que representa ser el principal destino para el narco, así como para los indocumentados en busca del sueño americano.
Hace muy poco, el Estado de Michoacán tuvo que enfrentar una complicada jornada, las actividades de los cuerpos de seguridad pusieron en el ojo del huracán a la entidad, consecuencia de la persecución de líderes de bandas bastante conocidas, y la reacción no tardó en manifestarse, amenazando con incendiar el Estado.
Las estrategias para el combate a la inseguridad parece que cada vez se encuentran más alejadas de encontrar una solución. Calificado el año pasado como el más violento, muestra que algo está haciendo falta, pues respecto del tema tan álgido que para cualquier autoridad le es incómodo, lo es más para quien lo padece.
Se ha intentado poner énfasis en los delitos que más lastiman a la sociedad, entre ellos, por obvias razones, destacan los que son calificados como de alto impacto: los homicidios dolosos, secuestros, extorsiones, los de robo ya sea con violencia, vehículos, casa habitación, negocio, transeúnte y las violaciones, que de acuerdo al reporte de incidencia delictiva, van a la alza en todo el territorio nacional sin que existan políticas que logren frenar, o cuando menos detener el incremento del fenómeno de la inseguridad que amenaza continuar en ascenso.
Hay un aspecto que mucho tiene que ver con esta condición, aparte de la pobreza en la que millones de mexicanos viven en la actualidad, y de que nuestro país es paso obligado para los Estados Unidos y de que el negocio de la droga representa ganancias millonarias, de no ser así no resultaría tan interesante dedicarse a ello, es la corrupción la que permitió que las organizaciones delincuenciales y los del orden común crecieran al nivel que actualmente se encuentran.
Estamos en pleno año electoral y desafortunadamente el tema les dará para hablar a los muchos candidatos por cualquier cargo, que pretendan el voto ciudadano, prometiendo acabar para siempre con el flagelo que nos representa este mal, ¿a quien creerle? Es elección de cada quién, pero, debemos tomar en cuenta que un padecimiento cultivado por tantos años no puede encontrar soluciones mágicas, cualquiera que lo diga, estará mintiendo.
El gobernador del Estado de México viene armando la estrategia propia de la entidad, sabedor de que solo el ejecutivo de la entidad no puede con el combate a tan grave problema, se ha apoyado en el gobierno federal, por eso, los operativos que se vienen dando casi desde que asumió el cargo.
Ahora, anuncia que invitará a participar a las reuniones del Grupo de Seguridad para realizar estrategias a las autoridades municipales, para trabajar de manera coordinada e integral en este rubro. Me parece lo más atinado que por el momento puede hacerse, ya que hemos visto una escalada de violencia que se ha venido dando con dichas autoridades, que además carecen en su mayoría del material humano y de armamento.