Cada vez las explicaciones que ofrecen en la 4t para evitar evidenciar que el gobierno se encuentra rebasado por la delincuencia, suenan más ridículas, por lo mismo, parecen no tener fin, y esto se debe a una realidad tan aplastante, que ya es imposible disimular.
Los abrazos y no balazos están cobrando la inexistencia de una estrategia en seguridad, porque eso sólo fue eslogan de campaña, nada más, no existe y nunca existió un plan bien pensado y estructurado dirigido por expertos para llevar a buen puerto un esquema en el que, involucrando a las policías comandadas por la Guardia Nacional, lograra recuperar las calles y demostrar que Felipe Calderón en efecto, dio un golpe a lo tonto al avispero, y que Peña Nieto no habría logrado nada mejor porque siguió la misma estrategia.
Ahora, en voz del propio Secretario de Gobernación Adán Augusto López Hernández, deja caer toda la crudeza de la falta de conocimiento, compromiso y entrega con la sociedad que deberían tener los que integran lo que denominan la cuarta transformación de la vida pública del país, así, pomposamente como se atreve a insistir el presidente que dice encabezarla.
Los ciudadanos pagan caro la inexperiencia, y falta de conocimientos que es evidente en gran parte de funcionarios que pertenecen al partido inventado por el tabasqueño. Recientemente así lo dejó de manifiesto la presidente municipal de Tijuana, Monserrat Caballero, pues son sus propias palabras las que se la comen, aunque después quiso componerlas en un ardid de inestabilidad emocional para desviar la atención sobre lo que declaró.
Tras la jornada violenta que sufrió Tijuana, pidió a los grupos de la delincuencia que: “cobren las facturas a quienes no les pagaron lo que les deben”, y no a las familias ni los ciudadanos del municipio. Es claro el mensaje, también deja ver que la policía de su municipio difícilmente pudo haber hecho algo frente a los que “incendiaron” el municipio.
Aunque posteriormente intentó explicar lo que dijo, sin embargo, el intento fue aún más desafortunado, al puro estilo de la 4t pareció decir: no dije lo que dije y si fue así, ni me acuerdo; al señalar que había sido descontextualizado lo que declaró, además de que no están acostumbrados a la sinceridad. Entonces claro, fue la prensa la que tomó sus palabras y las distorsionó, como siempre pretenden insinuar.
Tuvo que salir el propio secretario de Gobernación Adán Augusto López a tratar de corregirle la plana. En el salón Tesorería de Palacio Nacional, el funcionario federal aseguró que lo importante es que están trabajando los tres órdenes de gobierno en el problema suscitado.
Además, aseguró que los dichos de la alcaldesa los hizo porque “los nervios la traicionaron” y porque se expresó en la madrugada después de salir de un estado de tensión, y pidió no dar la mayor importancia, que hay que entender la hora en la que dio la conferencia, pues eran altas horas de la madrugada.
¿Pretende el secretario de Gobernación hacer olvidar a todos quienes vieron el video que ofreció la alcaldesa, que no estaba consciente de lo que decía? Porque ¿estaba en un estado de tensión? Menudo favor le hace el segundo funcionario más importante del gobierno federal a la presidente municipal de Tijuana.
Lo cierto es que la declaración de Montserrat Caballero levantó controversia y una enorme preocupación en la sociedad, porque su declaración la pronunció acompañada de personal del ejército, y dio a entender que tiene conocimiento del cobro de facturas, que puede ser el “cobro de piso”, y las tiendas Oxxo no pagan ese derecho, ¿fue eso?
Pero, además, se atrevió a señalar que el problema es serio, pero no grave. “De verdad no lo es”. Sería importante preguntarle qué es lo que considera grave, porque los hechos que se presentaron en su demarcación fueron de terror, y según lo declara la funcionaria municipal, apoya su versión en el hecho de que no hubo homicidios, ni lesionados.
Entonces ¿De qué se trató la reunión que sostuvo en el Cuartel Militar Morelos, con María del Pilar Ávila, gobernadora de Baja California, y autoridades federales y locales? Porque se supone que fue para coordinar las tareas correspondientes para atender el problema, si no fue para eso, ¿qué trataron?
Por lo visto en Tijuana la sociedad tiene otros datos; porque comercios, escuelas, centros de trabajo, deportivos y centros culturales cerraron o suspendieron actividades después de los hechos violentos que vivieron. Existe una sensación de inseguridad por encima de los dichos de los funcionarios.
Mientras que la alcaldesa insistió que “la ciudadanía puede salir con tranquilidad. No vamos a permitir que los tijuanenses sean lacerados, y ningún grupo delictivo nos va a decir si salimos o no salimos a la calle, nuestra libertad no nos la va a coartar nadie, por eso estoy aquí, estoy yo para dar la cara”, dijo.
La jornada de violencia contradice con descaro a la munícipe, de quien no son pocos los que exigen su renuncia al cargo que, abiertamente ha demostrado no tener la capacidad para él. Y aún menos, al salir a declarar lo que hoy está en boca de todos, y que ha dejado temblando a los empresarios y sociedad en general.
Pero no hay mucho de qué preocuparse, “el problema no fue grave”, son palabras que quedarán grabadas para siempre. Ahora bien, y de acuerdo al propio presidente, todo se trata únicamente de propaganda por parte de la prensa conservadora que no lo quiere. Aunque los tijuanenses parecen no coincidir con las manifestaciones de las autoridades.
