Dice la Organización Internacional del Trabajo OIT, que por libre sindicación debemos entender el derecho de los trabajadores y empleadores a constituir libremente las organizaciones que estimen convenientes y que dicho derecho es elemento integral de una sociedad libre y abierta; a partir de ello existen diversos convenios firmados por un número amplio de países, donde se obligan al respeto de este derecho y otros en el ámbito laboral.
Pensar en el derecho a la libre sindicación o sindicalización, nos hace pensar que un atentado en contra de éste, no puede venir sino del patrón, pues aunque los patrones pueden constituir también sindicatos, es una figura poco usada por ellos, además de que suena descabellado pensar en un ataque de los trabajadores en contra de un sindicato al que pertenezca su patrón o patrona, con el que se impida la posibilidad de crear, ser parte o dejar de formar parte de un sindicato.
Regularmente son los patrones quienes pretenden mantener el control de los sindicatos de trabajadores, constituyendo sindicatos blancos afines a sus intereses, amenazando con despedir a los trabajadores que formen parte de algún sindicato o tratando de mantener el control sobre las dirigencias sindicales, ya sea corrompiéndolas o mantiéndolas en permanente amenaza, algo muy común hoy en día, ello a pesar de que vivimos en el paraíso de la “protección” a los Derechos Humanos.
Lo lamentable es que los verdaderos enemigos de los sindicatos son sus propias dirigencias, esas que llevan 3, 4 o más periodos al frente de sus organizaciones, que están dispuestos a ponerle o quitarle lo que sea a los Contratos Colectivos con tal de que la patronal los ayude a mantenerse al frente de la Secretaria General, esas que incluso entran en contubernio con su patrón, para que a través de políticas represoras se hostigue a sus detractores, ellos son los verdaderos enemigos del derecho a la libre sindicación, aunque ese enemigo tiene un cómplice, que es la apatía de los trabajadores a inmiscuirse en el tema de la defensa de sus derechos laborales.
Aunque la Ley Federal del Trabajo contempla desde 2019 algunos aspectos que regulan la vida intrasindical, en el tema democracia la ley está en pañales, creo que incluso algún día se tendrá que crear todo un andamiaje de normas para regular la vida interna de estas organizaciones, empezando por crear una ley relativa a su constitución, una ley orientada a reglamentar sus procesos electorales y desde luego una ley que regule el tema relativo a la rendición de cuentas y la posible disolución de estas organizaciones.
Frente a los verdaderos enemigos del sindicalismo, sus dirigentes, la ley es poco efectiva, además de lenta; sobre las amenazas a la libertad sindical se habla de las intromisiones de los patrones en su vida interna, pero no se habla, mucho menos de regula con claridad, los aspectos relacionados con la manipulación de padrones, de iniciar de manera efectiva los procedimientos sancionadores internos, de transparentar los procesos de adquisiciones y contratación de proveedores, mucho menos de beneficios que extrañamente los patrones están dispuestos a darles sin estar en los Contratos Colectivos de Trabajo, temas que atentan contra el ejercicio de una verdadera libertad sindical.
Decía Norberto Bobbio que para que exista la libertad, deben existir opciones para elegir; con el control indebido de recursos, las relaciones inmorales que se establecen entre dirigentes y patrones y las amenazas de todo tipo que ejercen los jerarcas sindicales sobre sus detractores, no se puede esperar sino una inexistencia de verdaderas opciones para elegir y por tanto la limitación por no decir impedimento, a ejercer el derecho a la libre sindicación.
La Secretaria del Trabajo y Previsión Social, así como el Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral tienen mucha chamba, tienen la obligación inminente de impedir la perpetuación de dirigentes sindicales al viejo estilo Cetemista, donde la consigna era: “a balazos llegamos al poder y sólo con balazos nos van a sacar de él...no con votos”, de otra forma el resultado será un fracaso más de la política laboral de este gobierno y del T-Mec mismo, que de por sí ya está haciendo agua.
ADENDA
- Va por México defiende a Alejandro Moreno. ¿Qué esperaban, cuando se está desfondado, se defiende lo que se cree que se tiene hasta con uñas y dientes?
- Hasta mis redes llegó una invitación en change.org para recabar firmas, los promotores exigen la renuncia de Luisa Maria Alcalde a la Secretaria del Trabajo, a quien acusan de proteger los intereses de su padre Arturo Alcalde en detrimento de los trabajadores, personaje que es asesor jurídico de varios sindicatos. No son un secreto los milagritos que se le adjudican a Alcalde Justiniani, quien es según muchos, el autor del divisionismo y la pluralidad lamentable de sindicatos como en la secretaria de cultura federal y es el presunto autor real de muchos cambios en la Ley Federal del Trabajo, que rayan en una lógica de derecho privado, y desde luego, mucho de lo que ocurre en la Secretaria del Trabajo, es producto de las platicas que padre e hija tienen en casa.
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Abogado Postulante y Director de la Escuela para la Formación Política y Sindical A.C.