Hace 16 años –refiere el amo del Sótano-, Diego Santoy Riveroll era acusado del asesinato de los pequeños Érik Azur y María Fernanda, de 7 y 3 años de edad, respectivamente, además de las lesiones a su ex novia Érika Peña Coss, (hermana de los niños) y del secuestro de la empleada doméstica, Catalina Bautista. Lo que ocurrió (con base en testimonios y pruebas recabas), es que Diego, de 21 años en ese entonces, buscó a Erika que había terminado en su relación. Entró de madrugada a la residencia, a escondidas, usando un pasamontañas y guantes de látex y mató a los pequeños, mientras que a ella le cortó el cuello. Creyó que había muerto y huyó ayudado por su hermano Mauricio, en un automóvil robado. Cuatro días después, fue detenido en Oaxaca e ingresado al Penal de Cadereyta.
La sentencia en este caso, convertido en un talk show y crimen mediático, fue de casi 72 años, aunque, de acuerdo con la legislación penal de Nuevo León, no podrá pasar más de 40 años de cárcel, así que, saldrá libre a los 60 años. En esa prisión, por cierto, ocurrió aquel motín del 2021, con un saldo de 4 muertos y 28 heridos. “El asesino de Cumbres” platicaba ahí con Omar “el Gato” Ortiz, ese portero de los Rayados que permanece recluido desde enero del 2012, acusado de secuestro.
Pero ¿sabe qué llama la atención y mucho? –expresa el periodista- que, mientras el sujeto de marras era vinculado a proceso, una tal “Lety” creó en redes sociales un club de fans, tan sólo 2 meses después del doble asesinato. Si, así como lo oye usted, un club denominado “Diego Santoy”, donde además de publicar fotos del asesino y mostrarle su amor, sus fans gritaban su inocencia, argumentando que fue manipulado por Erika. Una de esas seguidoras, por cierto, es hoy su esposa.
Tal vez el que está mal soy yo –se acusa el escribano- pero, al conocer de estos crímenes, “mi cerebro neo córtex se indignó”. La forma en que fueron ejecutados, lo sanguinario, lo triste… lo inhumano… No sé pero ¿un club de fans? Incluso se filmó una película: Cumbres, que se estrenó en 2014 y narra la historia de dos hermanas que huyen después de que una cometió un crimen; se hizo un videojuego y un show mediático que mostró en televisión reconstrucciones de hechos, visitas guiadas por la casa y hasta careos, entrevistas y chismes; también surgieron historias, visiones, una leyenda sobre que, en las noches, en esa casa, vagaba y penaba la pequeña María Fernanda. Esa casa fue demolida apenas en septiembre del año pasado.
Hoy todo parece tranquilo. Diego, el asesino, se casó y tiene un hijo; Erika está casada desde 2014 y vive en Guanajuato. Tere Cos, madre de los niños, se divorció y volvió a contraer matrimonio. Las redes sociales de su club de fans siguen activas pero no tiene publicaciones recientes. Quizá la mente de sus seguidoras evolucionó y razonó. ¿Sabe usted? El apasionamiento por asesinos es una enfermedad. En psicología se le denomina hibristofilia, que es la atracción sexual por personas que "cometieron una atrocidad o un crimen".
Y mire, ya con esta me despido, el noruego Anders Breivik, quien cumple una sentencia de 21 años por el asesinato de ¡77 jóvenes! ocurridos en 2011, ha intercambiado cientos de cartas con una mujer de nombre "Victoria", que le ha expresado su amor y deseo por esperarlo hasta que salga en libertad… ¡Qué cosas! ¿No le parece? Sólo digo. Mi twiter @raulmandujano