El poemario escrito por Elisa Buch, descendiente del Presidente de México entre 1857 y 1872, nacido en San Pablo Guelatao, Oaxaca, no se publicará.
La impresión del libro ha sido cancelada por la editorial del gobierno del Estado de México, a pesar de haberse firmado un contrato con la autora tiempo atrás. Las razones que le dan son que éste es un año electoral y que no cuentan con recursos para ello. Valdría decir que el contrato se firmó antes del año en cuestión.
El libro fue escrito en 91 páginas, durante 9 años. Diálogo en el que se percibe a un Benito Juárez cercano, íntimo, en una reflexión con Elisa, invaluable, producto de la tensión creativa que diera lugar al poemario, que debiera publicarse. No pocos estarán interesados en leerlo. No sólo en el ámbito poético.
‘Benito Juárez. Cifrando una huella’ deja atrás al político y se interna poéticamente en el hombre, en un diálogo imaginario con Elisa. Ejercicio magnífico de escritura, historia y ficción, plasmado en un libro singular que hace falta.
“Benito Juárez. Cifrando una huella” ha crecido y no ha visto aún la luz. La adversidad que enfrenta, pareciera que sigue el camino que vivió el prócer en vida. No ha nacido y ya enfrenta el ocaso de un sexenio que no acaba por resolverse, sin destinar los recursos necesarios que la creación y la promoción cultural requieren. Para 2023, el gobierno sólo ha considerado 20 millones 838 mil pesos. Nada para todos los rubros que se deben atender en este sentido.
Toda crisis se supera con la contribución insustituible de las expresiones culturales. Es la riqueza e identidad que define a los pueblos, la que de una u otra manera se abre paso y lo sigue haciendo a pesar de los escollos que se presentan en el camino. Así está ocurriendo actualmente.
Este libro notable da cuenta del linaje de Benito Juárez hasta llegar a la propia Elisa en un poemario magnífico. La poesía, sin duda, es el camino que encontró para acercarnos a él de una manera distinta.
Solo la cultura nos hará libres.
