Si bien para 16 millones de mexicanos, seguros, Andrés Manuel López Obrador sigue siendo el mejor presidente de la historia, para otros tantos millones ha sido una decepción. Con Morena, como partido, AMLO llegó al poder, después de 16 años de lucha, y tras cuatro años de gestión sigue teniendo una gran aceptación.
Pero, después de López Obrador, ¿qué sigue? Es claro que él es quien sostiene al partido que creó para alcanzar su sueño de llegar a la Presidencia de México. A año y medio de concluir su gestión, por supuesto que ya tiene en mente quién puede sucederlo y el nombre lo tiene en su cabeza. Afuera, todos podemos suponer, pero sólo eso es, suposiciones.
Son tres las opciones de Morena, o las corcholatas: la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum. Muy desgastada. Con una Ciudad de México prácticamente perdida, decepcionada. Seguirá luchando, tratando de posicionarse, de mostrarse leal (que es lo que más reconoce AMLO) para ser ella la elegida para la candidatura.
Adán Augusto López Hernández, secretario de Gobernación. Es una copia fiel de López Obrador en lo físico (y quien está en la mente de AMLO), pero parece que en el tema de liderazgo, aceptación y conocimiento complica que la decisión final lo beneficie porque no lo han podido posicionar. Él es otro de los amigos más leales al presidente, pero parece que ante sus condiciones dará paso a Sheinbaum.
Marcelo Ebrard Casaubón, secretario de Relaciones Exteriores. Quizá el que es visto como el mejor perfil para poder ganar sin complicaciones. Sin embargo, es visto como el que no se dejaría “aconsejar” por Andrés Manuel una vez que ocupe la silla presidencial. Es decir, difícilmente López Obrador podría ser “el poder tras el trono”. Se prevé que en junio o julio renuncie a la cancillería para buscar ser candidato. Ya corren las apuestas de que podría ser abanderado, pero por otro partido político… o por otros.
Por el lado del Partido Acción Nacional, uno de los personajes más fuertes es Santiago Creel Miranda. No hay más figuras presidenciales. Es claro que Ricardo Anaya no volverá a contender porque ya pasó su tiempo y tiene muchas cuestiones legales encima. Simplemente no lo dejarán pasar de ninguna manera. Fue quien puso en aprietos a López Obrador en los debates. Aunque también se llevó lo suyo con el mandatario, entonces candidato de Morena, quien tiene la habilidad para dar la vuelta a una situación tan sólo con una frase.
Del PRI, ni hablar. En estos momentos está luchando por su supervivencia en el espectro partidista nacional. Los resultados electorales en el Estado de México este 2023 definirán el futuro del tricolor, partido que ha hecho varios intentos por recomponerse, reinventarse, pero cuando se ve que lo está logrando un poco, se viene abajo. Lo que es un hecho, que es un instituto político que, como el ave fénix, ha resurgido de sus propias cenizas. Beatriz Paredes y Claudia Ruiz Massieu son dos aspirantes. La primera, una gran política, excelente preparación y gran carrera. Claudia, con muchos negativos, sobre todo a su paso como líder nacional del Revolucionario Institucional.
Hay quienes ven a Alfredo del Mazo con posibilidades de ser el candidato presidencial priista, si es que gana el Estado de México, aunque hay quienes dicen que asumirá la presidencia de su partido al concluir el mandato en la entidad mexiquense. Pero es un hecho que él tiene la claridad que es muy difícil que Morena pierda en 2024.
Movimiento Ciudadano es un partido que ha crecido y tiene dos jóvenes promesas: Samuel García y Luis Donaldo Colosio Riojas, ambos con un futuro político prometedor, pero sin ninguna posibilidad para este 2024. El gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, podría ser quizá su carta fuerte para medir qué tanto permea en el ánimo del electorado nacional. Definitivamente no hay alternativas.
Bueno, del PT y de del Verde Ecologista, no hay ni siquiera de qué hablar al respecto. Seguirán siendo de los partidos rémoras.
En el caso de los candidatos independientes, la legislación mexicana en la materia no da ninguna posibilidad real de que haya una opción. Con sus recursos los propios aspirantes deben buscar las firmas porque no tienen presupuesto oficial para hacerlo. Un ciudadano común jamás, en esas condiciones, tendrán oportunidad de candidatearse.
Veremos si para septiembre, que inicia formalmente el proceso, aparece o aparecen nuevas figuras. Aunque no se ve por dónde. A menos que algún partido tenga un as bajo la manga. Ya se verá.