Este mes, hace 27 años para ser exactos, en 1996, siendo Director de la Biblioteca Central universitaria con el favor y el apoyo del entonces Rector, Mtro. Marco Antonio Morales, me tocó fundar, coordinar y dirigir la primera versión de “Abril, mes de la lectura”. La filosofía de este evento era muy clara, desacralizar y desmitificar que los espacios de las bibliotecas eran simplemente la lectura y si, la Universidad también quería mandar un mensaje a través de las bibliotecas de que la Universidad no solamente da educación formal y profesional sino también debe de dar nombre a su máximo reconocimiento como máxima casa de cultura. La cultura como aquella que recoge las manifestaciones de una sociedad imbuida en los colores verde y oro.
Somos, sin lugar a dudas el reflejo transparente de una institución, somos la síntesis del progreso de la libertad y del laicismo, somos singularmente el pensamiento actual de una sociedad en constante transformación. “Abril, mes de la lectura” nace con esa idea, en aquel entonces también se transforma la biblioteca central en un centro de información, es decir, es el primer espacio en la historia universitaria donde se tiene acceso a internet y a la información virtual –entonces con 20 computadoras conectadas a la fibra óptica- gran acierto de la otrora administración del Rector Morales.
Su servidor siempre ha servido con pasión porque nada en el mundo que valga la pena se ha hecho sin pasión, es por ello que asumir la creación de “Abril, mes de la lectura” significó un reto que consistía en difundir, extender y divulgar el conocimiento más allá de la Universidad en su campus Toluca ya que fuimos y nos atrevimos a hacerlo en todo el Estado de México. Desde entonces como ahora se ha convertido en un programa ambicioso, un programa muy nutrido en donde presentamos libros, arte, poesía, manifestaciones como títeres, marionetas, teatro, música latinoamericana, exposiciones tales como la de Luis Nishizawa en los cuales tuvimos la fortuna en sus últimos años de tenerlo en ese espacio universitario así como de Rene Villanueva, integrante del grupo “los folcloristas” con su famoso libro “cantares de la memoria”.
Entonces también era el apoyar a jóvenes talentos universitarios que, dicho sea de paso, en la Universidad deben encontrar la primera puerta para la difusión de su creatividad, y hago referencia a “los gatos de azotea” que integraba Pedro Sandoval y otros cantores universitarios que también empezaban a dar sus primeros pasos.
Uno de ellos hoy es una realidad y me refiero a Ulises Gutiérrez, pintor extraordinario que, con la obra “tuerquedades”, inició ese camino de los nuevos muralistas universitarios y mexiquenses. En aquel entonces al igual que hoy los recursos eran limitados para la cultura, pero siempre lo he dicho la cultura es una inversión, es cara, pero es una inversión que puede tener un impacto a largo plazo.
Yo, al igual que Carlos Fuentes, “creo en la universidad. La universidad une, no separa. Conoce y reconoce, no ignora ni olvida. En ella se dan cita no solo lo que ha sobre vivido, sino lo que está vivo o por nacer en la cultura. Pero para que la cultura viva, se requiere un espacio crítico donde se trate de entender al otro, no de derrotarlo… Para que la cultura viva, son indispensables espacios universitarios en los que prive la reflexión, la investigación y la crítica, pues estos son los valladares que debemos oponer a la intolerancia, al engaño y la violencia”, pero sobre todo creo profundamente en la Universidad Autónoma del Estado de México porque la cultura hecha con pasión, servida con pasión, creada con pasión siempre va a crear emblemas, identidad y sentido de pertenencia.
Es así que “Abril, mes de la lectura” se ha convertido en un emblema universitario a lo largo de 27 años. No era difícil la empresa ya que significaba iniciarla y coordinarla porque para quienes amamos y nos hicimos en el crisol de la cultura era la pasión y era el amor de servir a la institución, lo complejo a mi entender fue que esta se solidificara, se cohesionara, se blindara para el futuro, por ello reconozco a las anteriores administraciones universitarias quienes supieron conservar, acrecentar y consolidar este gran emblema denominado “Abril, mes de la lectura”.
Así también me toco coordinar en 2013 los esfuerzos de la cultura y así como lo hice en “Abril, mes de la cultura”, creamos emblemas con el camino andado y el camino recorrido hemos construido identidad y sentido de pertenencia como el “Potrobus” formalizado en 2015, la porra universitaria, el equipo de potros, el vitral de Leopoldo Flores “los elementos” en ingeniería, la esfera cuántica de Sebastián o la Plaza Timoteo en arquitectura, la creación de la orquesta sinfónica juvenil universitaria, la banda de marcha de la preparatoria de Tenancingo, esfuerzos que sin la credibilidad, el compromiso y la identidad del alma verde y oro no serían el día de hoy un símbolo y emblema de identidad entre los universitarios.
En fin, “Abril, mes de la lectura” es parte ya del corazón de los universitarios, dejó de pertenecer a una administración que inicio en 1996 para convertirse en algo propio de los universitarios y la sociedad; “Abril, mes de la lectura” es una invitación a hacer que la institución siempre esté presente en la sociedad como la máxima casa de cultura del Estado de México y una de las más importantes a nivel nacional y de América Latina, que viva la cultura porque la cultura es la formación no solamente la disciplinaria aquella que nos permite dominar las técnicas que son permisivas para dominar la naturaleza sino hacer de un universitario un ser entero integral que domine las distintas manifestaciones que la sociedad ha creado a lo largo de la historia y más la mexiquense porque los emblemas son aquellas inspiraciones enteras e infinitas de las que se apropia el alma critica.
Esta universidad nuestra universidad, universidad que se transforma todos los días, universidad que crece todos los días, universidad que es producto del entendimiento humano. Noble institución, perínclita cumbre, tribuna más alta del conocimiento; aquí los hombres somos libres, más libres porque predicamos el sabio oficio de acrecentar la libertad y la justicia
Termino citando al artista Leopoldo Flores, icono de la universidad, representante más nítido del humanismo, representante más nítido del hombre y síntesis del hombre universo, cuyo concepto de universidad nos deja ver la grandeza de la misma: “La Universidad es el universo; universo es el vientre infinito donde nace el hombre, universo sin termino donde no existe horizonte, horizonte, todos lo sabemos, en el universo no existe horizonte”.
