La madrugada del 29 de abril los senadores morenistas y sus aliados después de una “visita de cortesía” al Presidente de la República para saber de su salud y saludarlo, recibieron línea, a no dudarlo, en el sentido de sacar adelante las modificaciones y reformas que tenía planeado AMLO antes de que concluyera el periodo legislativo de sesiones, el 30 de abril.
Sin la presencia de la oposición sesionaron en la sede alterna que se determinó fuera en la vieja casona de Xicoténcatl, antes sede del Senado de la República. Lo que harían no requería de la mayoría constitucional. Con los presentes alcanzaron los votos necesarios para las modificaciones. La ceguera se impuso.
Se modificaron o desaparecieron doce normas, leyes e instituciones y se dejó pendiente la propuesta de desaparición de dieciocho instituciones más. Entre los trabajos realizados al vapor en cuatro horas de esa madrugada no se aprobaron los dos Consejeros del INAI para poder sesionar y, en cambio se aprobaron leyes y modificaciones que fortalecieron aún más a la SEDENA, entregando concesiones así como la modificación en el manejo, operación y administración de diversas empresas e instituciones de la mayor importancia. Se disminuyó la edad para ser diputados a los dieciocho años y senadores a los veinticinco. Se eliminaría asimismo, el INSABI que sustituyó en su momento al eficaz seguro popular, y asimismo la desaparición del CONACYT, entre otras barbaridades que no ameritaron la deliberación y discusión de los legisladores. Vamos, nos cambiaron la Constitución en un abrir y cerrar de ojos. Los legisladores de Morena y sus aliados serán recordados en el futuro como los legisladores de la ceguera.
Se le dio más poder del que ya tienen a los militares. Ya lo pagaremos. Se votó a mano alzada como si se tratase de un mitin político y no de una “transformación de la Constitución” que nos rige. Se aprobaron si, “la 3 de 3” y el endurecimiento de las acciones para combatir la producción ilegal de drogas sintéticas como el fentanilo. Pero una mariposa no hace verano.
Las modificaciones hechas a la hora de cerrarse el periodo extraordinario del poder legislativo no obedecieron a la reflexión sino al sometimiento de los planes de destrucción institucional que viene realizando el líder y que recomendara, previa a la sesión exprés del tirano visitado esa tarde por los legisladores.
