Cinco muchachos secuestrados, torturados, arrodillados frente a bestias humanas en Lagos de Moreno. Murieron a manos de sus hermanos en el territorio del horror de un “pueblo mágico tranquilo”, que será recordado, durante mucho tiempo por aquellos a quienes nos enseñaron a respetar la vida.
Somos una sociedad quebrada, un tejido social roto, ensangrentado donde las y los jóvenes viven en riesgo día tras día, donde la esperanza de un México en paz se pierde cada día más con los homicidios, feminicidios y desaparecidos que diariamente se suman al horror de cercenar la vida joven.
El silencio y el miedo invaden las calles de Lagos de Moreno como en tantos pueblos del país convertidos en tumbas, desde donde claman los muertos: ¡Justicia! Los niños juegan dentro de sus casas, las muchachas y los muchachos si salen a la escuela, a trabajar o a divertirse corren el riesgo de no regresar. El temor ocupa su mente, no los libros ni los amores ni su futuro. Se ha silenciado todo.
Roberto, Uriel, Dante, Diego y Jaime querían trabajo y encontraron la muerte en el municipio en el que se dice podría estar uno de los territorios favoritos del Mencho. En Jalisco como también en Sonora, Veracruz, San Luis Potosí, Sinaloa, Tamaulipas, Chihuahua, Baja California, Michoacán, Tabasco, Guerrero, Morelos, Guanajuato, el Estado de México se vive así. Pareciera clase de Geografía, si, la de la delincuencia, la muerte y las tumbas que como una alfombra cubren a México.
Hoy los cinco muchachos de Lagos de Moreno sólo son huesos y cenizas sin la certeza de sus padres que lo sean.
Hoy estos cinco jóvenes se suman a los miles de muertos y desaparecidos que tenían una vida por vivir, planes de mexicanos queridos, todos ellos, por sus padres, novias, amigos, maestros, compañeros de deportes o de proyectos y que ya no estarán con ellos. Sólo habitarán la ausencia.
El dolor nos ha quebrado, pero no debemos olvidar. ¿Cuál será el legado a quienes logren sobrevivir? ¿La sangre? ¿La impunidad? ¿El poder de los malvados para hacer cada vez escenas más macabras de tortura y muerte?
En una sociedad quebrada quedan opciones: unir los pedazos rotos que quedan con un esfuerzo inaudito de titanes, que emerja un nuevo México desde la sangre derramada, o lo que nadie quisiéramos vivir.
