Nada más para que no se nos olvide. Tanto Claudia Sheinbaum como Xóchitl Gálvez quieren gobernar el país y ninguna de las dos se ha atrevido a acercarse a Acapulco, después de la tragedia ocasionada por el Huracán Otis.
Pero qué tal hace tres meses cuando la morenista fue al puerto guerrerense a buscar el respaldo para la 4T en las próximas elecciones.
Y que quede claro que no abundaremos en responsables; porque ahí los gobiernos federal y estatal a todas luces actuaron con lentitud, sin alertas, sin protocolos preventivos y sin albergues.
Pero lo que a este comentario ocupa es que, ya sea por solidaridad o por mera estrategia, ambas aspirantes a gobernar el país ya deberían haber hecho presencia en Acapulco para vivir de cerca el dolor y la devastación.
Ojalá estás líneas se equivoquen y pronto veamos a ambas llegando a ayudar, llevando a sus equipos de logística que saben armar mítines de 30 mil personas; porque ninguna mano está de más para apoyar a limpiar, a cocinar, a curar a los heridos.
Porque es muy fácil para ambas pronunciarse sobre el tema y hasta llamar al pueblo a solidarizarse desde la comunidad de un escritorio.
Y peor tantito, su forma de solidarizarse es suspendiendo su gira proselitista nacional. ¿Les parece suficiente?
Ellas deberían poner el ejemplo de que cuando se quiere gobernar un país, se enfrenta a la adversidad y se tiende la mano. Lamentablemente, a cuatro días de la tragedia, hasta hoy brillan por su ausencia.
