El Estado de México integra 20 diferentes regiones en un espacio de 22 mil 500 kilómetros cuadrados y es el más poblado del país con 17 millones de habitantes. Las distintas zonas de la entidad reúnen características sociodemográficas diversas y contrastantes, con problemáticas y desafíos complejos que, en algunos casos, son comunes y, en otros, totalmente ajenos entre sí. El Comité de Planeación para el Desarrollo del Estado de México (Copladem) define 20 regiones.
Sin embargo, uno de los retos que desde el siglo pasado se ha tratado de resolver es el correspondiente a la identidad de su población, considerando que al ser una entidad que rodea a la capital del país, el proceso migratorio provoca que cada año lleguen al territorio estatal 300 mil personas de otras entidades, por lo que difícilmente se identifican con el Estado de México.
“Los gobiernos del estado se han preocupado por impulsar la unidad de los mexiquenses a partir de una identidad unívoca”, explican las historiadoras Ana Lidia García Peña y Deyanira Julieta Ruiz Rosas, en su artículo "Construcción de las identidades mexiquenses" (2006), publicado en la revista La Colmena de la Universidad Autónoma del Estado de México. Lo “unívoco” se refiere a un término que para varios individuos tiene el mismo significado, naturaleza o valor (Real Academia Española).
En ese sentido, explican las historiadoras en su texto, atendiendo a las características del territorio estatal, hablar de una identidad mexiquense “contrasta con la realidad cultural, social y ambiental del Estado de México, que tiene regiones muy diversas, y en las que se articulan múltiples procesos sociales”, por lo que se plantea la existencia de diferentes identidades.
¿Por qué la reflexión sobre este tema? Porque actualmente está abierta la convocatoria para postular a personas, originarias o vecinas, que por su comportamiento, actos u obras pudieran recibir el máximo reconocimiento que el Estado de México otorga de manera individual o colectiva, con la Presea Estado de México 2023, en 15 modalidades diferentes.
De manera particular -hablando de identidad o identidades-, la presea de Periodismo e Información “Leona Vicario” adquiere relevancia porque reconoce a quienes ejercen cotidianamente la libertad de expresión y la libertad de prensa, con lo que contribuyen a la construcción y difusión de los rasgos que caracterizan a cada región y, con ello, al Estado de México en su conjunto. Al recuperar y divulgar, -desde el ámbito regional- los sucesos que se presentan en las diferentes zonas del estado, abonan a reconocernos como mexiquenses.
Para postular -o incluso autopostularse- a una persona merecedora de la presea, en cualquiera de sus 15 modalidades, el registro está abierto hasta el próximo 30 de noviembre en el sitio web: https://edomex.gob.mx/presea_edomex
Para la evaluación de los expedientes que se reciban, el artículo 28 bis del Reglamento del Mérito Civil del Estado de México establece que, para seleccionar a finalistas de cada presea, deberán considerarse cinco criterios (además de los correspondientes a cada reconocimiento): Elementos innovadores, paridad de género y no discriminación, alcance del merecimiento, beneficio social, trayectoria y aquellos elementos que consideren circunstancias sociales y económicas en la entidad.
Es así como la Presea Estado de México es la oportunidad para reconocer a quienes, desde las diferentes regiones del estado, aportan a la construcción de las identidades mexiquenses y, al mismo tiempo, ofrecen información para conocer los desafíos y avances de sus comunidades.
Esperemos que este año haya muchos registros y ojalá que, en algún momento, se amplíen los campos para reconocer a más periodistas, hombres y mujeres, que diariamente contribuyen a informar a la sociedad y con ello a fortalecer no solo nuestra identidad, sino nuestro régimen democrático.
#TodoComunica
El Plan Hídrico del Estado de México que ya se elabora en la entidad genera una alta expectativa, porque urge atender la sequía que se agrava en distintas zonas. En su momento, el gobernador Arturo Montiel Rojas advirtió, hace 20 años, que las guerras futuras no serían por petróleo, sino por agua. Esperemos que ese vaticinio no se cumpla.
