En esta primera columna del año, quiero aprovechar para desearles un feliz año nuevo con mi más profundo agradecimiento a cada uno de mis lectores. Gracias por dedicar su tiempo, semana tras semana, para leer mis reflexiones. Su presencia constante y su genuino interés por mis palabras son el mayor regalo que un escritor podría desear.
El evento del año nuevo en la Ciudad de México tuvo un brillo especial este año con la presencia del legendario Rubén Blades. El músico ofreció un concierto gratuito que atrajo a miles de personas, ansiosas por recibir el 2024 al ritmo de salsa y con la voz de uno de los íconos más grandes de la música latina.
Rubén Blades, nacido en Panamá, no es solo un intérprete; es un narrador de historias, un cronista de la vida urbana y un poeta de la resistencia. Su música, impregnada de ritmos afrolatinos y letras profundas, ha trascendido fronteras, generaciones y géneros musicales. Blades ha sido una voz para aquellos que a menudo no la tienen, narrando las alegrías, penas y luchas de la vida cotidiana.
La elección de Rubén Blades para este evento significativo no es casualidad. Su música, que trasciende generaciones y fronteras, tiene la capacidad única de unir a la gente. Blades, conocido tanto por su música como por su activismo social, era la elección perfecta para un evento que buscaba no solo entretener, sino también unir y elevar a la comunidad.
El concierto, se convirtió en una verdadera fiesta. Las calles se llenaron de ritmos contagiosos, letras que hablan de la vida cotidiana, del amor, de la lucha y de la esperanza. Canciones como "Pedro Navaja", "Patria" y "Plástico" resonaron en la noche, creando una atmósfera de celebración y reflexión.
Rubén Blades, con su energía y carisma inconfundibles, interactuó con el público, compartiendo no solo su música sino también mensajes de optimismo y unidad. Fue una noche donde la música sirvió como puente entre el pasado y el presente, entre diferentes culturas y generaciones. Los asistentes al concierto no solo disfrutaron de los clásicos de Blades, sino que también fueron testigos de la vitalidad y relevancia continua del artista.
Este concierto gratuito fue más que un evento musical; fue un recordatorio de la capacidad del arte para unir y sanar. En un mundo que a menudo se siente dividido, la música de Blades nos recuerda nuestras conexiones más profundas y la alegría que surge cuando compartimos experiencias colectivas.
Su canción más emblemática, "Pedro Navaja", es un testimonio de esta habilidad. Con su frase icónica "la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida", Blades captura una filosofía de vida en la que el destino siempre tiene la última palabra. La historia de Pedro Navaja, un maleante de la ciudad, es un relato que combina ironía, tragedia y una crítica social aguda, elementos que se convirtieron en una firma de Blades.
Su carrera ha sido un viaje fascinante que lo llevó desde los barrios de Panamá hasta los escenarios más prestigiosos del mundo. Blades no se limitó a la salsa; exploró el rock, el jazz, e incluso incursionó en la actuación y la política, demostrando que el arte y el compromiso social pueden ir de la mano.
Al comenzar este nuevo año, recordemos la lección de Blades y "Pedro Navaja": la vida está llena de sorpresas, y cada día es una oportunidad para enfrentarlas con valentía, sabiduría y, por supuesto, un poco de música para el alma.
Feliz año nuevo a todos y que este 2024 nos traiga las sorpresas más agradables, al ritmo de la salsa y la sabiduría de grandes como Rubén Blades. Mi deseo para este año nuevo es que cada columna sea un viaje compartido, y que sus respuestas, ya sean concordantes o discordantes enriquezcan este camino a fin de encontrar en la cotidianeidad de las cosas un momento para disfrutar una buena lectura. ¡Feliz Año Nuevo a Todos!