Hace unos años, tuve la fortuna de visitar el pintoresco pueblo de Saghún, en España, una experiencia que avivó mi curiosidad por la figura de Fray Bernardino de Saghún. Este ilustre personaje se destacó como un mediador excepcional durante la época de la conquista.
Seguramente muchos de ustedes, al igual que yo, hemos aprendido a través de nuestras lecciones de historia acerca de Fray Bernardino, un misionero franciscano del siglo XVI en México y un estudioso destacado de la lengua náhuatl. Sabemos que este profundo conocimiento lingüístico le permitió comprender de manera significativa la importancia de la cultura mexica y cultivar un respeto genuino por las creencias y tradiciones locales. Su enfoque evangelizador no buscaba suprimir la cultura indígena, sino más bien integrarla con la enseñanza cristiana. De esta manera, logró la conversión de los indígenas al cristianismo sin forzar una ruptura radical con su cultura y forma de vida tradicionales.
A principios de 2024, un equipo de científicos del Getty Research Institute, incluida la mexicana Ana Laura Magaloni, dio a conocer lo que han denominado "Los Secretos Ocultos del Códice Florentino, 500 años después". Este códice, también conocido como "Historia General de las Cosas de Nueva España", está asociado a Fray Bernardino, quien no sólo logró escribir y financiar su creación, sino que también consiguió resguardarlo en Italia bajo el patrocinio de los Medici. Para protegerlo de la orden del Rey de España, Felipe II, que emitía un decreto que ordenaba la destrucción de toda obra escrita en idiomas indígenas, los Medici decidieron cambiar su nombre a "Florentino".
Mi curiosidad volvió avivarse y me di a la tarea de buscar artículos y podcast relacionados con la noticia. Así que lo que comparto aquí tiene como propósito provocar en ustedes un poco más de curiosidad. Lo primero es que desde hace más de una década, el Códice ha estado disponible en línea, pero en su mayoría, sólo podíamos admirar la escritura jeroglífica, ya que pocos comprendían el náhuatl. Sin embargo, la versión digital lanzada en febrero de este año ofrece la oportunidad de apreciar la escritura jeroglífica y entender su contenido en náhuatl, español e inglés.
Una de las áreas que encuentro fascinantes para explorar es la coautoría de cuatro indígenas, dirigidos por Antonio Valeriano. Estos individuos eran hijos de la élite náhuatl y fueron educados tanto en sus tradiciones como por los franciscanos en las siete artes liberales. Esta formación les otorgó una profunda comprensión del significado inherente a la redacción de este Códice. Ana Laura Magaloni señala que lograron plasmar con sabiduría y desde una perspectiva universal la riqueza y grandeza cultural del México prehispánico.
Este Códice consta de doce libros, lo que lo posiciona como una obra monumental y equiparable a las grandes enciclopedias de la historia, tales como la de Alejandría, la obra de Plinio el Viejo o el Suda. La amplitud y profundidad de este Códice han llevado a los investigadores a considerarlo una obra de excelencia que sobrepasa las limitaciones culturales y temporales. En sus páginas se encuentran una exhaustiva recopilación etnográfica que documenta la vida, costumbres, religión y sociedad de los pueblos indígenas de México antes de la llegada de los españoles.
Por mi propia “deformación” académica me encantó saber cómo recopilaron la información. A través de un cuestionario meticulosamente diseñado por Fray Bernardino, el grupo liderado por Antonio Valeriano se adentró en las comunidades, entrevistando a los venerables ancianos con el fin de recabar sus testimonios. Hablamos del siglo XVI; sin este enfoque meticuloso y respetuoso, habría sido imposible preservar valiosos conocimientos ancestrales que, de lo contrario, podrían haberse perdido con el paso del tiempo.
Gracias a los años de dedicación e investigación de expertos, el manuscrito del Códice Florentino se ha transformado en una enciclopedia digital e interactiva, accesible para el público a través de internet. Esta versión del códice, resultado de un meticuloso trabajo de digitalización, está disponible para su consulta en línea en la página web: https://florentinecodex.getty.edu/es.
La disponibilidad del contenido del Códice Florentino en tres idiomas distintos, náhuatl, español e inglés, junto con su fácil acceso a través de Internet, destaca la importancia de hacer que este valioso recurso sea accesible para una audiencia global diversa. Su contenido en náhuatl, reconoce y se respeta la lengua indígena que fue utilizada para crear el códice originalmente. La traducción al español facilita el acceso a los hablantes nativos de este idioma, especialmente aquellos cuya cultura y herencia están estrechamente ligadas al contenido del códice. La traducción al inglés amplía aún más la accesibilidad del códice, permitiendo que personas de diferentes partes del mundo puedan entender y apreciar su contenido. El hecho de que el códice esté disponible en línea con sólo un clic de distancia democratiza el acceso al conocimiento.
¡No hay pretexto para explorarlo!