La historia incompleta: mujeres que el canon olvidó

DigitalMex - Periodismo Confiable

Publicado en Opinión

La historia incompleta: mujeres que el canon olvidó

Jueves, 12 Junio 2025 00:00 Escrito por 
Matices Matices Ivett Tinoco García

Hace unos días, en un recital poético, María Inés nos compartió la historia de “Las Sinsombrero”. Me impactó profundamente. Me resultó tan fascinante que decidí hurgar un poco más sobre ellas. “Las Sinsombrero” fue un grupo de mujeres españolas —artistas e intelectuales— como Ernestina de Champourcín, María Teresa León, Concha Méndez, María Zambrano, Rosa Chacel, Josefina de la Torre, Margarita Gil Roësset, Margarita Manso y Maruja Mallo, que, hace más de un siglo, se atrevieron a desafiar el orden establecido en una sociedad profundamente patriarcal.

El gesto que dio nombre al movimiento fue simbólico pero potente: quitarse el sombrero en plena Puerta del Sol de Madrid. Fue un acto considerado subversivo, por el cual fueron insultadas y agredidas físicamente. Margarita Manso y Maruja Mallo lo protagonizaron junto a Salvador Dalí y Federico García Lorca. Ese simple pero valiente acto representaba mucho más: una ruptura con las normas de género, una declaración de libertad y pensamiento propio.

Estas mujeres no solo desafiaron convenciones sociales; construyeron una obra vasta en poesía, literatura, pintura, filosofía, cine y música. Su calidad artística y profundidad intelectual no tenían nada que envidiar a la de sus contemporáneos varones —como García Lorca, Cernuda, Alberti o Aleixandre—, con quienes compartieron tiempo, ideas y escenarios. Sin embargo, fueron sistemáticamente excluidas de los relatos oficiales de la Generación del 27. No fue su talento lo que faltaba, fue la voluntad de reconocerlo. Ellas reclamaron autonomía, independencia y un acceso intelectual en igualdad de condiciones. En sus obras, la figura femenina dejó de ser musa pasiva para transformarse en sujeto activo: fuerte, moderna, emancipada, reflexiva.

Al conocer su historia, no pude evitar pensar en otras mujeres ignoradas por el canon oficial. Recordé a Rosario Castellanos, Elena Garro, Clarice Lispector y Cristina Peri Rossi: escritoras latinoamericanas contemporáneas al llamado "Boom Latinoamericano", fenómeno editorial que visibilizó a figuras como Gabriel García Márquez, Julio Cortázar, Carlos Fuentes y Mario Vargas Llosa, mientras a ellas —igual de lúcidas, innovadoras y valientes— se les dejó al margen. A pesar de escribir con una voz singular y potente, no fueron reconocidas como parte esencial de ese movimiento.

También vinieron a mi mente María Izquierdo y Lilia Carrillo. La primera, excluida de la Escuela Mexicana de Pintura, dominada por Rivera, Siqueiros y Orozco, a pesar de haber ganado legítimamente el derecho a pintar el mural El Progreso, que le fue negado simplemente por ser mujer. La segunda, integrante del movimiento de La Ruptura, logró colarse entre los referentes de la vanguardia artística, pero no sin enfrentar la misma marginación.

Afortunadamente, en los últimos años ha comenzado un proceso de recuperación y revalorización de estas voces silenciadas. En 2015, España impulsó la vindicación de Las Sinsombrero a través de un documental y una serie de publicaciones que rescataron su legado. En 2021, más de cien artistas mujeres pintaron en Oaxaca El mural que debió ser, como homenaje a María Izquierdo y su lucha por el reconocimiento. Asimismo, crece el interés por las escritoras del Boom Latinoamericano, cuyas obras comienzan a ocupar un lugar merecido en editoriales, congresos, antologías y programas académicos.

Estos esfuerzos —en su mayoría impulsados por mujeres— intentan corregir una omisión histórica. No buscan alterar la historia, sino completarla. Dar voz a quienes fueron silenciadas. Reconocer a quienes fueron invisibilizadas solo por ser mujeres.

Y, sin embargo, uno no puede evitar preguntarse:

¿Cuántas Sinsombrero faltan todavía por visibilizar?
¿Cuántas escritoras siguen relegadas a los márgenes de la historia?
¿Cuántas pintoras, pensadoras, músicas, cineastas siguen ocultas bajo el polvo del olvido, esperando ser redescubiertas?

La tarea es enorme. Pero cada gesto cuenta: cada mural, cada reedición, cada investigación, cada voz que se alza para nombrarlas es un paso hacia una historia más justa, más completa, más verdadera. Porque la historia —como la memoria— no está cerrada: se construye todos los días. Y aún nos queda mucho por completar.

 

Visto 495 veces
Valora este artículo
(2 votos)
Ivett Tinoco García

Matices

Sitio Web: #