El periodista levanta la mirada. Se soba la barbilla y reflexiona sobre lo que las aspirantes y el aspirante a gobernar este país debaten. No entienden, son muy ignaras e ignaro sobre lo que significa debatir. Solo para que lo tengan en sus cabezotas, debatir expresa, de acuerdo con el Centro de escritura académica y pensamiento crítico, “una forma de discusión formal y organizada, caracterizada por el intercambio argumentado de ideas y/o puntos de vista entre dos o más personas con posiciones opuestas sobre un tema determinado”, pero claro, para la supuesta aventajada de colita de cabello y la supuesta originaria de los pueblos indígenas es más importante echar culpas del pasado. Aburridas.
Una con el discurso obradorista y rindiendo un informe en su nombre; otra, acusando corrupción en todo y pidiendo valentía pero, ser valiente no es aventarse a lo “borras”; y el de los zapatos fosforescentes y grotescos, sonriendo, solo sonriendo. Estaría muy divertido acusando a “los viejos políticos” y ridiculizando a los jóvenes. Y ni hablar de los tiempos y la organización del INE… Caray, ir a debatir por segundos, es grotesco e inútil. No hay ideas. Fue un debate vomitivo. Pero todos se dijeron ganadores… En su planeta.
Mire –continúa el amanuense, mientras sorbe de su café sin azúcar-, en México, el primer debate en la historia fue el 15 de octubre de 1911, en aquel proceso que ganaría Francisco Ignacio Madero. Desde entonces han existido las promesas y las traiciones. Madero prometió a los mexicanos justicia y democracia. Eso necesitaba un pueblo oprimido ante sus opresores. Por eso ganó, pero el ansia de poder llevó a Victoriano Huerta a traicionarlo. Renunció y fue asesinado en febrero de 1913. Sólo dos años después de haber sido electo. Las promesas simbolizan el rumbo del país si, pero también marcan su vida.
Luis Donaldo Colosio afirmaba ver un México con hambre y sed de justicia. Era su discurso y sería la línea que lo llevaría a debatir con Diego Fernández de Ceballos y Cuauhtémoc Cárdenas. Colosio fue asesinado el 23 de marzo de 1994, en Lomas Taurinas. La elección la ganaría Ernesto Zedillo quien lo relevó en la candidatura-. Sería el primer debate televisado en México ocurrido el 12 de mayo de 1994.
La característica de esos debates era evidenciar la corrupción, el enriquecimiento injustificado, la inmundicia indignante de los candidatos pero, en el 2018, los debates se convirtieron en un set de risas y comedia. La protagonizaron Andrés Manuel, Ricardo Anaya, José Antonio Meade y Jaime Rodríguez "el Bronco". Y tuvo alcances impresionantes por tantos tópicos graciosos, apodos, como el “Riqui, Riquin, Canallín”. Y cheque esto, se convirtió en trending topic, generó cientos de memes, superó el sismo de 5.1 grados que acababa de ocurrir, y hasta la final de la liguilla del fútbol mexicano, que recordarán los cruzazulinos, porque el Necaxa se coronó campeón contra ellos.
Y ahora llegan los nuevos debates… Que vimos con tristeza.
Le diré algo más, qué triste es ver sobre la calle a un candidato, a cualquier persona. Verlos abatidos por balas y su cuerpo ensangrentado. En este proceso electoral, van al menos 20 candidatos a puestos de elección popular asesinados.
No se trata de culpar al pasado sino al presente. Cuando escuchó decir que “no somos como los de antes” o que “son cosas que pasan”, o que “los crímenes han disminuido”, les suplicó que no justifiquen, que se unan por la paz, porque el suelo y el pueblo están bañados en sangre…México no merece ni hipocresía, ni traiciones, ni mentiras… Mi X @raulmandujano