Actualmente para nadie es extraño observar por los diferentes medios de comunicación, en especial por las redes sociales, como se dan con todo entre candidatos y partidos políticos, principalmente quienes compiten por la primer magistratura del país.
Por un lado Andrés Manuel López Obrador, de la coalición “Juntos Haremos Historia” quien presume que esta vez su ventaja nadie se la puede quitar, a eso le apuesta y con claridad se puede apreciar que sigue los consejos de sus asesores, por eso mismo de su propia voz se ha escuchado decir “no voy a engancharme”, pensando que su posición en la tabla de competencia no cambiará y se mantiene callado para no confrontarse.
Aunque claramente, le cuesta trabajo, y eso pudimos verlo durante su presencia en la 81 Convención Bancaria, en donde volvió a mostrar esa imagen que tanto le ha costado, porque de manera amenazante hace señalamientos con un aire de poder, al manifestarle a los banqueros que no se meterá con ellos, pero dejó entrever parte de lo que piensa hacer.
En un aparente segundo lugar de acuerdo a varias encuestas, aparece el nombre de Ricardo Anaya Cortés de la coalición “Por México al Frente”, hay que recordar que el llamado “joven maravilla” por medio de traiciones logró colarse como candidato por el PAN, lo que le costó a ese partido graves divisiones, como la separación de Margarita Zavala, quien se dio cuenta que Anaya había limpiado el camino para su causa y decidió aventurar la candidatura independiente.
La división de los panistas era de esperarse. Es precisamente a lo que le apuesta el PRI con José Antonio Meade Kuribreña de la coalición “Todos por México”, rescatar a esos panistas inconformes a favor de su candidato, ¿quiénes y cuantos se sumarán al candidato ciudadano? Ya lo veremos.
Lo que es para analizar, es que el joven queretano, por la encarnizada persecución que dice tener desde el gobierno federal, puede convertirlo en mártir, en caso de convencer a la ciudadanía que es objeto de una guerra sucia sin precedente, en su contra.
Y ante los ojos de muchos votantes, ésta empieza a tomar forma y la reacción de los partidos que postulan a Ricardo Anaya no se hizo esperar para ratificar su decisión de apoyarlo en el camino a la contienda presidencial. Todo ello, de salir avante el candidato de la coalición Por México al Frente, lo hará más fuerte y de convencer, podrá sumar a muchos inconformes anti sistema que no comulgan con Morena y su candidato, para ganar su simpatía, al considerarlo el más débil.
De ser así, Anaya tendrá la mejor oportunidad de fortalecer su segunda posición, aunque parece que esto no le alcanzaría para ganar la contienda, de acuerdo a los números de porcentajes que manejan las diferentes encuestas, podría obtener mejor apoyo, de contar con algún o algunos de los aspirantes independientes. Que de hecho hacen un intento por sumar esfuerzos para sacar un candidato único, para que tuviera mejor oportunidad, pero ¿quién?
Por cierto, a los que buscan la candidatura independiente, se les ha encontrado con firmas aparentemente falsas, o con anomalías, la pregunta sería ¿tendrán que enfrentar la justicia por el delito de falsificación?, digo, sólo es pregunta.
Finalmente José Antonio Meade Kuribreña que puede considerarse el mejor candidato y peor posicionado, resultado de la antipatía de los miles de personas anti sistema que se suman día con día, sin tener la posibilidad de darse la oportunidad del análisis en cuanto a lo que informa el gobierno federal, porque en la memoria del pueblo sobresalen los señalamientos de corrupción en contra de varios ex gobernadores y del ejecutivo federal, así como parte de su gabinete, lo que obscurece los logros del gobierno, que sí se han dado, pero, son muchas las acusaciones.
Meade, por consiguiente, no logra levantar pasiones como otros que han estado en su lugar, como candidatos por el PRI, que es históricamente una de las posiciones más peleadas. ¿qué hará el PRI y sus aliados para sumar simpatías hacia su candidato? Puede ser que la estructura priista de la batalla, porque está hecha a prueba de las mejores y las peores contiendas ¿les alcanzará? O ¿la confianza de que así será es más grande que la soberbia misma?
