Una papeleta y un voto es
más fuerte que una bala
Abraham Lincoln
El 3 de junio se anuncia un nuevo tiempo para los mexicanos, lo que nos deja más preguntas y dudas que respuestas.
¿Por qué si la Marea Rosa avasalló a la Ciudad de México y a más de 100 ciudades en nuestro país y en Estados Unidos, las encuestas no lo reflejan? Si la efervescencia que produjo este fenómeno social fue de poder, de esperanza, de alegría, de un camino posible al progreso, de un México diferente al que le toca vivir a esta generación.
El origen y la identidad no se modifican, el futuro sí con este cambio. El pasado da cuenta de ello, de encuentros que confrontaron razas, y proyectos, desde el siglo XIX hasta el tiempo por venir. Ocurrirá otra vez y será para bien. Cambios para bien y para mal los veremos parir el lunes 3 en que empezaremos a advertir el estilo de actuar de la ganadora, del gran tlatoani y de los equipos o súbditos, según se advierta.
Todos los medios de comunicación estaremos siguiendo paso a paso, candidata a candidata, partido a partido, los acontecimientos, los hechos y las declaraciones llenas de ira de la ciudadanía que acude a las urnas, o no.
Salgamos decididos, cumplámosle a la Patria con la mejor moneda: la credencial de elector que llevó a la ciudadanía a crear la credencial del IFE, y posteriormente a la credencial para votar: que es garantía de libertad, derechos, identidad, certeza de ser el que se nombra en la credencial. Credencial que compra democracia, libertad y justicia, y que impulsa la vigencia del Estado de Derecho ante las ineficientes autoridades del INE, pone en riesgo la celebración pulcra y eficaz de la elección y favorece los errores electorales; mejor busca tu credencial de elector, tenla a mano, identifica el lugar de tu casilla, reflexiona y vota. Es lo que te toca hacer. Tú decides.
