No podemos hacer una generalización sobre las motivaciones y efectos del destierro y el exilio como castigos en la Roma antigua, particularmente en las etapas de la monarquía y la república, pero lo cierto es que cuando esa sanción era impuesta sobre un pater familias, era una de las sanciones más deshonrosas para este e incluso para los miembros de su familia. La sanción implicaba en sí misma el desconocimiento de ese hombre libre, cabeza de un clan familiar, reconocido como ciudadano y propietario de diversos bienes, principalmente esclavos, de su carácter de miembro de una comunidad y la pérdida de su calidad de igual frente a los miembros de la clase social más elevada de esa sociedad esclavista.
La igualdad en la Roma antigua tenía una estrecha relación con la posibilidad de participar en las asambleas romanas en las que participaban los “patricios”, participación que materializaban a través de sufragio, que era el distintivo de igualdad y pertenencia a esa comunidad políticamente habilitada para tomar decisiones. Esto nos puede hacer imaginar que perder dicho derecho a participar era aún más deshonroso que la pena de muerte o la pérdida del carácter de hombre libre como castigo a una falta principalmente de tipo penal.
Con su masificación, el voto ha perdido el valor real que tiene; pasó de ser un elemento de respeto propio y social a ser el medio de legitimación de las decisiones que se toman por manipulación de los líderes políticos y de opinión, un fenómeno que también en la Grecia y la Roma antiguas se estudió y que derivó en las formas impuras de gobierno, como la demagogia.
Desvalorizando aún más el poder del voto y engañando al “pueblo bueno” sobre la idea de que el sufragio es la forma más perfecta en la toma de decisiones públicas, se plantea desde Morena una reforma al Poder Judicial que, dicen ellos, es urgente, la cual parte de la elección de los integrantes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación a través del voto popular. Proceso en el que seguramente muchos de los candidatos, hombres y mujeres, no tendrán la preparación y experiencia necesarias y, como Lenia Batres, ser afines a este y el siguiente gobierno será un requisito suficiente en su perfil.
Siempre he tenido el deseo de ser neurocirujano, al igual que Luis Videgaray Caso cuando fue nombrado Secretario de Relaciones Exteriores. No sé nada del tema, pero creo que mi vocación me hará aprender rápido y, mientras más rápido ponga en práctica algunos consejos preliminares, estoy seguro de que lograré ser el mejor especialista en esta materia en México.
Si Morena piensa que la elección de integrantes de la Corte se debe llevar a cabo a través de procesos electivos, creo que así se debería elegir a los actores de cualquier otra profesión u oficio, claro, siempre teniendo en cuenta que el médico, abogado, contador, psicólogo u otro profesionista que se elija para tener autorización y desempeñar esa profesión estará durante algún tiempo en una curva de aprendizaje donde seguramente perderán la vida algunos pacientes que se pongan a su cuidado, otros terminarán en la cárcel, aunque eso sí, tarde o temprano aprenderá el oficio y mostrará que ser favorecido por el pueblo bueno fue una buena elección.
Muchos dirán que no es lo mismo y aunque la iniciativa de reforma de Morena al Poder Judicial implica la separación de quién dirige el máximo Tribunal del país en relación a quién pudiera dirigir el Consejo de la Judicatura Federal, el simple palomeo de candidaturas a estos cargos por el presidente en turno, hombre o mujer, representa una concentración de poder en el titular del ejecutivo, como el del PRI de los 70’s.
Creo que será importante regresar a la lectura de algunos autores del Estado de Bienestar, empezando por el Doctor Jorge Carpizo, quien en su obra denominada “El presidencialismo Mexicano”, analizó qué eran las facultades metaconstitucionales del presidente (priista) y la forma en que las adquiría al ser el jefe de estado y al mismo tiempo el jefe real del partido en el poder.
ADDENDA
1. “Hallan cadáver en México”. Así deberían titular algunos medios su nota, ante la aparente confirmación de la pérdida de registro como partido nacional del PRD y, creo, en todas las entidades federativas. Las preguntas: ¿a dónde irán los pocos integrantes que quedaban en este partido? ¿Cuántos terminarán por doblar las manos e irse a Morena? Llegó la hora de demostrar que aunque liberal, se les puede denominar de izquierda.
2. Con el poder legislativo que tendrá Morena en la siguiente legislatura, esperemos que ahora sí le entren a discutir la reducción de la semana laboral a 40 horas, el incremento en el pago del aguinaldo, así como el reconocimiento en la ley a la proporcionalidad que corresponda a los sindicatos minoritarios en la administración de los Contratos Colectivos de Trabajo donde haya cuando menos 2 sindicatos. Eso sí, les pedimos que lo hagan con bases, con estudios, no con opiniones y buscando solo quedar bien, al final del día, la elección ya terminó.
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Abogado Postulante y miembro de la Escuela para la Formación Política y Sindical A.C.