Contrario al pensamiento expresado por el presidente Andrés Manuel López Obrador de contar con un gabinete a base de colaboradores de noventa por ciento honestidad y un diez por ciento de capacidad, Claudia Sheinbaum Pardo planteó para su equipo un balance de conocimiento, honestidad, convicción, y acuerdo con el proyecto de Claudia con la 4T que sólo presenta algunas diferencias con el todavía presidente.
Los perfiles dados a conocer por Sheinbaum Pardo efectivamente se inscriben en el segundo piso de la 4T, con políticos que reúnen experiencia y formación técnica y en movimientos sociales. Por mi parte añadiría capacidad de comunicar.
De hecho en su actuar ya está comunicando Rogelio Ramírez de la O, continuidad con el proyecto 4T iniciado por AMLO, asimismo con Marcelo Ebrard y el resto; algunos de ellos notables universitarios de la UNAM. Vale la pena apuntar sobre los sucesores nombrados hasta ahora: el exrector Juan Ramón de la Fuente, Rosaura Ruiz, Alicia Bárcena, Julio Berdegué, y Ernestina Godoy. La segunda parte complementaria la conoceremos al final de esta semana.
Pero no todo lo que luce es impecable. Anabel Hernández, destacada por revelar hechos del ámbito político, habría señalado en torno a las elecciones, los triunfos y el apropiamiento del crimen organizado de amplios territorios del país hace tiempo. La afirmación coincide con lo que se dice en los juicios en EUA y en nuestro país; pero ¿Quiénes tienen las evidencias?, ¿Quiénes son los dueños de la violencia, de los acuerdos, de los vínculos estratégicos con la política y los grupos de interés, así como con la cobertura territorial de éstos? ¿Qué hay debajo de la alfombra?
La imagen y reputación de Claudia que se han presentado en los medios de comunicación es de confianza, seguridad, conocimiento y apoyos estratégicos; en las redes está la guerra. Caras vemos, programas, acciones y resultados, lo veremos. Ella, sin duda, es capaz y enérgica pero la realidad y los compromisos contraídos la van a rebasar.
El cheque en blanco que se le extendió a Claudia con treinta y cinco millones de votos no puede ser permanente. En el equipo hay varios que brillan y atrás, la sombra del caudillo.
¿La ley valdrá lo mismo que en el gabinete y gobierno de AMLO?
