Seguramente después de la temporada de lluvias vendrá otra etapa de sequía con los efectos negativos del cambio climático. Y no se ven programas ambientales que tengan previsto qué hacer para enfrentar nuevas contingencias ambientales a partir de octubre o noviembre si es que no hay de nuevo huracanes para esas fechas.
Urge, por tanto que, al menos en el gobierno del estado de México que encabeza la maestra Delfina Gómez se agilicen las acciones en buscar, rescatar y declarar todas aquellas barrancas y áreas verdes susceptibles de ser declaradas Are de Valor Ambiental (AVA) con el propósito de poner un real alto a la mancha urbana.
En el estado de México, y seguramente es una tendencia a nivel nacional, no para la especulación del suelo. En un descuido o complicidad personas influyentes o particulares gandallas de repente se apropian a algún espacio en tanto el dueño no aparece y la autoridad o hace caso omiso o es parte del juego. No se diga en grandes extensiones donde las inmobiliarias mediante jugosas mordidas van más allá de los planos autorizados.
Urge, por tanto, que al menos en lo que se refiere al área natural protegida más importante de la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM), la Sierra de Guadalupe se le resarza un poco de lo mucho que le quitaron gobiernos estatales y municipales a través de la corrupción por lo que debe estudiarse que terrenos en su alrededor son susceptibles de ser recatados, expropiados, comprados o declarados AVA con el propósito de parar el impacto urbano-poblacional que pone en riesgo la viabilidad de su existencia como el principal pulmón verde de la región central del país.
Vendrán nuevas contingencias ante el imparable crecimiento del parque vehicular, la mancha urbana y la cada vez más escaza masa verde y arbórea que tanto requiere una región considerada de las más urbanizadas y pobladas del mundo con 59 municipios mexiquenses conurbados y 16 alcaldías de la Ciudad de México.
*Presidente de la ONG Franature