Uno de los compromisos de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, plasmado en el número 48 de los 100 Pasos para la Transformación, es el Acceso a la vivienda. Significa construir un millón de viviendas que serán entregadas durante el sexenio. Una parte será construida por el Infonavit (se habla de 500 mil) y otras por el Fovissste. Se dice que habrá un programa de vivienda popular, para quienes no cuentan con prestaciones. No se sabe qué número, pero además se otorgarán 450 mil créditos que serán entregados a bajo costo para el mejoramiento de la vivienda.
La semana pasada fue nombrado en la 130 Asamblea Extraordinaria (vía virtual) del Infonavit, el agrónomo Octavio Romero Oropeza, quien dirigió Pemex durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, director general del organismo. Ahí con la aprobación de representantes de los sectores obrero, empresarial y del gobierno federal.
Sólo como anécdota, durante la sesión, el presidente de la CONCAMIN, Alejandro Malagón Barragán (quien andaba por el aeropuerto), antes de dar su voto, se dirigió a Octavio Romero y le dijo que no sabía qué le había visto la presidenta, porque cuando era director de Pemex, él (presidente de Concamin), le había llamado unas diez veces y nunca le tomó la llamada, pero si la presidenta le vio algo, “algo ha de tener”.
Hay que dejar claro que trabajadores y empresarios más de una vez se han preguntado por qué el gobierno nombra al titular del Infonavit cuando no pone un sólo peso. El dinero que maneja el Infonavit es privado. Es de los trabajadores y se le conoce como Subcuenta de Vivienda, que tiene de fondo casi 2 billones de pesos, entre activos y pasivos. De estos, se utilizarán 250 mil millones de pesos para la construcción de las 500 mil casas. La otra subcuenta es la de consar y entre ambas representan 20 por ciento del PIB con casi 7 billones de pesos.
El patrón deposita en el Infonavit 5 por ciento de su salario y, el gobierno sólo administra y pone el administrador. Claro, por ser recursos privados, es un organismo muy auditado, muy cuidado. ¿Cuál es el asunto aquí? Los negocios que hay alrededor con la gran cantidad de recursos que se mueven, 250 mil millones. No sólo es la construcción.
Durante muchos años el Infonavit dejó de construir vivienda popular, eso es un hecho. Comenzó sólo a otorgar créditos, que de ninguna manera alcanzaban para la compra de una vivienda. La gente dejó de tener oportunidad de hacerse de una casa a crédito, a pesar de los ahorros que había hecho a lo largo de los años.
Hubo un tiempo, incluso, en que se comenzaron a construir viviendas en espacios que eran verdaderamente indignos. Eran verdaderos palomares donde en las recámaras apenas cabían camas individuales, una cocina no separada de la sala o comedor, porque debías decidir que poner, era tan pequeña, que no cabían los dos. Sólo hay que darnos la vuelta en Colinas del Sol, de Almoloya de Juárez, en algunas colonias de Ecatepec, de Tecámac, de muchos otros municipios, donde el hacimiento es brutal.
Hoy, existe el compromiso de dar la oportunidad a personas de bajos recursos de acceder a una vivienda digna. Vamos a esperar las acciones del gobierno federal y qué tanta colaboración hay para los servicios de los gobiernos estatales y municipales. Porque no basta que se construyan, sino que sean asequibles y accesibles, que cuenten con servicios públicos. Y que los empresarios cumplan con el tema de vías, áreas verdes y obras complementarias.
Pero, también hay otras preguntas: ¿Las que construyan el Infonavit y el Fovissste serán sólo para derechohabientes o también para la población abierta? Es decir, ¿con dinero que no es del gobierno darán vivienda a todo el pueblo? Ya veremos cómo avanza este, que es un gran proyecto, pero que debe cuidarse muy bien, para no generar caos financiero, pero tampoco riesgo por los lugares donde se construyen. Tampoco temas de hacinamiento y más.