El complot. La guerra del narco

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El complot. La guerra del narco

Miércoles, 23 Octubre 2024 00:10 Escrito por 
Raúl Mandujano Serrano Raúl Mandujano Serrano Desde el Sótano

El periodista se sienta en el rincón de su cafetería preferida. Esa ubicada en el centro histórico y a la que le anteceden años de historia. Dicen que ahí tomaba café Plutarco Elías Calles y otro encumbrados de la historia de México. La música de fondo homenajea a Pedro Infante: “Cuando recibas esta carta sin razón” … El escribano bebe de su café americano sin azúcar mientras lee la carta que los medios le publican al ahora escribano y reo, otro legendario capo mexicano “el Mayo” Zambada. En ella escribe –con letra muy ordenada y cuidadosa en la puntuación, que pareciera se la dictaron-, que se reuniría con Rocha, el gobernador de Sinaloa. Ese que dice que “no pasa nada”. También refiere que el ex rector Héctor Cuén y diputado electo, participó en su secuestro.

El Cártel está en franca guerra interna. Más de 300 muertos en casi dos meses de batallas en las calles. Pero Rubén Rocha Moya argumenta que “no pasa nada”, “que salgan todos a la calle”, esas calles y avenidas bañadas de una guerra ocasionada por la traición del hijo del Chapo, Joaquín Guzmán López, a su tío Ismael Zambada García.

Por extrañas razones, lúgubres motivos o sospechosos argumentos, Zambada dice que fue colocado en la caja de una camioneta pick-up y llevado a una pista de aterrizaje, donde abordó el avión privado en el que fue entregado en Estados Unidos por su antiguo socio. “Sé que la versión oficial que dan las autoridades del Estado de Sinaloa es que Héctor Cuén fue tiroteado la noche del 25 de julio en una gasolinera por dos hombres que querían robar su camioneta”, se lee en la declaración del capo. “Eso no es lo que ocurrió. Lo mataron a la misma hora y en el mismo lugar donde me secuestraron”, afirma.

El gobernador Rocha negó haber estado presente. “Si dijeron que iba a estar yo, pues mintieron, y si les creyó, pues cayó en la trampa”, zanjó el mandatario durante una visita de López Obrador y Sheinbaum al Estado. Rocha cuidó no dar ninguna declaración ante la insistencia de los medios de comunicación y consultó con el presidente antes de salir a dar su versión. El gobernador había dicho días antes que él no estaba en Sinaloa el día del arresto de Zambada y el asesinato de Cuén.

Era de esperarse. Que traidor (ni Judas), asesino (Charles Manson) o delincuente confiesa ser el responsable. Rocha dijo que tomó un avión de la empresa privada Servicio Ejecutivos Aéreos Viz, junto con un ex diputado priista, Jesús Vizcarra, para descansar en California. Justo cuando ocurría la captura en Estados Unidos del hombre más buscado. Fue muy curioso. En México nadie sabía qué sucedió y el gobierno norteamericano externaba que, para no ensuciar la captura, la información se daría a conocer en el juicio del legendario narco traficante.

El asesinato del diputado Héctor Melesio Cuén Ojeda ha sido un punto de gran controversia. Inicialmente, la Fiscalía General del Estado de Sinaloa afirmó que Cuén Ojeda fue asesinado en una gasolinera durante un intento de asalto. Sin embargo, la versión de Zambada y la posterior investigación de la Fiscalía General de la República (FGR) contradecían esta narrativa. Según Zambada, Cuén Ojeda fue asesinado en el rancho donde se iba a llevar a cabo una reunión. Nada parece salirle al gobernador que dice que “no pasa nada”.

Se avecinan detenciones en esta novela del crimen organizado. Y no hablo solo de los capos, sino de los de cuello blanco. Al fondo solo se escucha: “Ya verás que entre nosotros todoooo terminó” …


Mi X @Raul Mandujano…

 

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