Ofrecer una bebida caliente, comida y cobijo; escuchar a alguien que no la está pasando bien; llevar suministros básicos a comunidades alejadas; enseñar y proporcionar primeros auxilios; brindar un espacio seguro para pasar la noche; o ayudar a las personas a adaptarse al cambio climático, son solo algunas de las labores de los más de 15 millones de voluntarios registrados en todo el mundo.
El próximo 5 de diciembre de 2024 se celebrará el Día Internacional del Voluntariado, una tradición que desde hace 38 años la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Federación Internacional de las sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (IFRC), promueven mediante el reconocimiento a las personas que ejercen esta noble labor, cuyos principales valores son la Solidaridad, la amabilidad y la bondad.
Aunque existen instituciones como las mencionadas, dedicadas a la ayuda humanitaria, no solo a través de estas se puede ser voluntario y ayudar al prójimo. Se puede ser solidario, amable y bondadoso, sin tener carnet de afiliación. Basta con mirar alrededor, cualquier día, hora y circunstancia, para encontrar una oportunidad de ayudar a alguien, sólo hace falta detenerse a observar y desprenderse de ese tiempo, de ese esfuerzo, de algunas monedas o unas cuantas palabras que, sin mediar retribución económica, ni ventaja alguna, sirvan a otro de manera sincera y desinteresada.
Seamos todos hermanos, Tutti Fratelli, es el lema con el cual Henry Dunant, fundador de la Cruz Roja, y decenas de voluntarios asistieron a los heridos en la batalla de Solferino, en Italia, en 1859; ahí nació la idea de crear un movimiento para ayudar a los más necesitados y a los heridos en los campos de batalla, hace más de 160 años. Hacer por otro, es hacer por ti; y hacer algo bueno por ti, en términos de humanidad, es hacerlo por todos. “Detrás de nosotros estamos ustedes”, decía el Subcomandante Marcos, líder del movimiento zapatista en Chiapas, en uno de sus famosos textos, a finales del siglo XX.
Hoy, el movimiento internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja tiene siete principios de acción; la Humanidad es el que los encabeza. Ayudar a personas en situación de crisis es un acto de humanidad y representa para estas algo muy significativo, dan aliento y esperanza en donde no parece haberlos; además estos actos suelen ser contagiosos si se practican con regularidad; uno lleva a otro y así sucesivamente, hasta convertirse en hábitos. Imparcialidad, Neutralidad, Independencia, Unidad, Universalidad y el carácter Voluntario son los restantes seis principios que la Cruz Roja y la Media Luna Roja llevan a todos los rincones del mundo.
Los referidos valores, si los observamos no necesariamente en contextos de crisis o emergencia, corresponden a actitudes que en la vida cotidiana siempre son bienvenidos y pertinentes a la hora de una dificultad familiar o cuando es necesario tomar una decisión que puede impactar a otros. Practicar los valores del voluntariado en las oficinas públicas, escuelas, empresas y en nuestros propios hogares, de manera anónima y sin el uso de emblemas o afiliación, son principios que conducen siempre a la paz y este es el propósito esencial del voluntariado a nivel mundial.
Ser voluntario es fungir como catalizador de nuevas formas de colaboración, ya que ser desinteresado y neutral nos habilita como agentes facilitadores y de cambio para crear entendimiento y confianza entre los sectores sociales, por eso, ejercerlo no sólo en estas próximas fechas decembrinas, sino cada que es propicio acercarse a quienes menos tienen o necesitan que se les tienda una mano, es parte de la construcción de un espacio más seguro para todos, y eso, eso es también protección civil. ¡Que su semana sea de éxito!
Hugo Antonio Espinosa
Funcionario, Académico y Asesor en Gestión de Riesgos de Desastre
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