La Batalla de Calpulalpan. La batalla decisiva de la Guerra de Reforma

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La Batalla de Calpulalpan. La batalla decisiva de la Guerra de Reforma

Viernes, 20 Diciembre 2024 00:05 Escrito por 
Juan Manuel Pedraza Velásquez Juan Manuel Pedraza Velásquez Ecos del pasado

Hace 164 años liberales y conservadores se enfrentaron en Jilotepec, Estado de México. Una batalla decisiva para la Historia.

La Guerra de Reforma, acontecida durante los años de 1858-1861, fue una cruenta guerra civil entre las dos tendencias políticas más importantes del momento: conservadores y liberales. Muchos fueron los estados testigos de crueles y sangrientas batallas donde ambos grupos se enfrentaban en una guerra sin cuartel. El Estado de México, nuestra entidad federativa, fue un escenario muy importante de aquel conflicto en el cual se dio la batalla decisiva de esa guerra: la batalla de Calpulalpan.

La batalla de Calpulalpan, acontecida el 9 de diciembre de 1860 en el pueblo de San Miguel Calpulalpan, dentro del actual municipio de Jilotepec, fue un evento de armas donde el ejército liberal, comandado por el zacatecano Jesús González Ortega, aniquiló y destruyó a las fuerzas de Miguel Miramón a lo largo de una planicie rodeada por los cerros de Jilotepec. Triunfo decisivo de las armas liberales juaristas, quienes después de tres años de esfuerzos y sacrificios lograron imponerse al gobierno conservador, y de esta manera aplicar una de las leyes más trascendentales para el país: las Leyes de Reforma. Sin embargo, para explicar mejor este hecho debemos ahondar un poco en el contexto

Hacia finales de 1860, los liberales ya tenían controlada la mayor parte del territorio nacional y el triunfo del gobierno de Juárez parecía inminente. El ejército liberal se había apuntado grandes victorias en Silao y Peñuelas, por lo que iban arrinconando cada vez más al ejército conservador, cuyo principal bastión era la Ciudad de México. Tras haber tomado Guanajuato, el general Felipe Berriozábal se apoderó de Toluca en noviembre de 1860, para de esta manera forzar el cerrojo a la Ciudad de México y servir de apoyo al general liberal Jesús González Ortega.

Empero, el presidente conservador Miguel Miramón, salió a hacerle frente con un pequeño ejército de 3000 hombres acompañado del general Miguel Negrete, aunque otras fuentes afirman que fueron más de 5000. Berriozábal vigilaba los accesos de la ciudad; no obstante Miramón, con una muy buena estrategia logró capturar la ciudad de Toluca, derrotar a Berriozábal y tomar una gran cantidad de prisioneros, municiones, armas y pertrechos. El festejo duró poco tiempo, porque recibía la noticia que el ejército liberal, a cargo de González Ortega, cada día estaba más cerca y todo parecía indicar que se dirigía a la ciudad de México

Poco después de la victoria Miramón planeó detener el avance de González Ortega, quien venía desde Querétaro. Con mucho esfuerzo y apoyado a regañadientes con los dineros del clero y comerciantes especuladores, Miramón logró reunir aproximadamente 8000 soldados y 30 piezas de artillería, mientras que el ejército liberal tenía menor artillería, pero casi 20000 soldados. De esta manera Miramón salió al encuentro de González Ortega, a quien dio alcance en el pueblo de San Miguel Calpulalpan. Ante el fracaso de las negociaciones y la negativa de rendición por parte de los conservadores la batalla comenzó.

El día 22 de diciembre, casi al despuntar el alba, inicia la batalla con un intenso ataque de artillería por ambos bandos, a las 8:30 de la mañana se rompe el fuego de artillería, debido a que Miguel Miramón atacó el flanco izquierdo liberal al verlo vulnerable. Los generales Ignacio y Zaragoza y Nicolás Regules, atacan por el centro, maniobra distractora que aprovechan muy bien González Ortega, Leandro Valle e Ignacio Alatorre quienes atacan por la retaguardia, rompiendo la artillería enemiga y envolviendo al enemigo conservador. Ante la confusión muchos soldados conservadores huyen despavoridos y muchos otros más, de acuerdo con varias crónicas de la época, ¡se cambian al bando liberal!

La derrota fue inminente, los liberales se apoderaron del campo de batalla y de una gran cantidad de provisiones y armamento. De acuerdo con el parte militar de Ignacio Zaragoza fueron más de 3000 prisioneros. La noticia pronto se difundió en la república, en algunas ciudades liberales se escuchaba una canción que decía: “El gallo de Miramón ha perdido la pelea, quisiera en esta ocasión asegurar la zalea”. Pronto, la ciudad de México fue abandonada por las autoridades conservadoras mientras que los liberales se aproximaban cada vez más a la capital del país.

En lo que respecta al presidente Juárez, éste recibió la noticia un día después. Las crónicas de la época cuentan que Juárez estaba en la ciudad de Veracruz, disfrutando de la ópera Los Puritanos, de Vincenzo Bellini, cuando un soldado visiblemente agitado subió al palco donde estaba el presidente para enviarle la parte militar de la batalla. Juárez leyó en voz alta el resultado de la batalla y todo el teatro estalló en júbilo. Así concluyó la Guerra de Reforma.

Posteriormente Juárez hizo su entrada triunfal a la capital un 11 de enero de 1860, siendo no solamente la figura liberal más importante, sino teniendo el mote de defensor de la soberanía. La Batalla de Calpulalpan no sólo es un hecho de armas más, significó la restauración del régimen liberal y el principio del fin para el control que tenía la iglesia católica en asuntos civiles. Sin embargo, los problemas no terminarían ahí, puesto que un año después nuestro país se enfrentó a otra invasión más, la del ejército francés. Una historia que quizás cuente en otro momento.

Por Juan Manuel Pedraza, historiador por la UNAM.

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