Ignacio Manuel Altamirano: Legado Liberal y Símbolo Universitario

DigitalMex - Periodismo Confiable

Publicado en Opinión

Ignacio Manuel Altamirano: Legado Liberal y Símbolo Universitario

Miércoles, 19 Febrero 2025 00:00 Escrito por 
Jorge Olvera García Jorge Olvera García Inventario

Recordar a Ignacio Manuel Altamirano, conocido como el indígena de Tixtla y quien fue alumno del Instituto Científico y Literario de Toluca, es recordar a un liberal cuyas ideas condujeron a la construcción de México y a la arquitectura ideológica de lo que hoy es la Universidad Autónoma del Estado de México.

Su pensamiento, su vida y su obra trazaron una ruta en la que el conocimiento y la justicia social fueron los ejes de una transformación profunda. Su legado, anclado en la educación como motor de progreso, permanece indeleble en la identidad universitaria.

Durante mi gestión como rector, tuve el honor de realizar un acto de justicia histórica: la reubicación de la estatua de Altamirano al lugar donde siempre debió pertenecer, en el frontispicio de nuestra institución. Aquel traslado no fue solo un gesto simbólico, sino la reafirmación de la esencia liberal que ha nutrido el pensamiento universitario.

Altamirano, con su pluma y su acción, encarnó los valores de la razón, la crítica y la educación como herramientas para el cambio, principios que continúan guiando a la comunidad académica.

Su presencia en el frontispicio es un recordatorio permanente del compromiso con el conocimiento y la libertad de pensamiento. Altamirano no solo fue un prolífico escritor y un ferviente defensor del liberalismo, sino también un símbolo de la movilidad social que la educación puede ofrecer.

En su trayectoria, desde sus orígenes humildes hasta su consagración como uno de los intelectuales más influyentes del siglo XIX, encontramos la esencia de la misión universitaria: brindar oportunidades, abrir caminos y formar ciudadanos comprometidos con su tiempo y su sociedad.

El espíritu de Ignacio Manuel Altamirano sigue vigente en las aulas, en las investigaciones, en el debate académico y en la formación de nuevas generaciones. Su imagen, erguida en la entrada de la universidad, no es solo un testimonio de su grandeza, sino un llamado constante a la responsabilidad que implica el saber.

En cada estudiante que cruza las puertas de nuestra institución, en cada maestro que transmite conocimiento y en cada investigador que busca respuestas, su legado se reactualiza y cobra vida.

La Universidad Autónoma del Estado de México se reconoce en Altamirano porque, al igual que él, nació con una vocación de transformación social. Que su memoria siga siendo faro y brújula para la educación pública, libre y humanista, aquella que sigue construyendo el futuro con el pensamiento crítico y la pasión por la verdad.

Patria, Ciencia y Trabajo.

Visto 938 veces
Valora este artículo
(0 votos)