Voces olvidadas: la mujer a través de los libros de texto.

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Publicado en Opinión

Voces olvidadas: la mujer a través de los libros de texto.

Viernes, 07 Marzo 2025 00:04 Escrito por 
Juan Manuel Pedraza Velásquez Juan Manuel Pedraza Velásquez Ecos del pasado

Cada 8 de marzo se nos presenta la oportunidad de honrar la lucha de las mujeres, reivindicar sus derechos para hacer visibles las desigualdades y promover una auténtica igualdad de género. Uno de los espacios en los cuales fueron silenciadas durante mucho tiempo fue en los libros de texto, en caso más concreto en los libros de texto que implementaba la Secretaria de Educación Pública en sus planes y programas de estudio. Pese a que el voto femenino fue reconocido en 1953, en los libros de educación básica el papel de la mujer fue vilipendiado en aras de una historia de héroes y villanos que fomentaba el culto a próceres y patriotas.

Desde su creación como un organismo gubernamental, la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito (CONALITEG) vio a las asignaturas de Historia y Ciencias Sociales como unos conocimientos de vital trascendencia, ya que a través de estos se fomentaría la conciencia ciudadana y los valores cívicos o, en otras palabras, se impulsaría la identidad nacional, la cultura mexicana y el respeto por el pasado a través de la lectura, memorización y comprensión de acontecimientos históricos. En la fórmula anterior, el papel de la mujer quedaba relegado a un segundo término donde sólo destacaban un puñado de heroínas que tenían relación directa o indirecta con los héroes de nuestra historia.

En la década de 1960 y 1970, el modelo de familia tradicional (papá trabajador, mamá ama de casa e hijos en la escuela) seguía siendo el ideal e imperante en la vida cotidiana de los habitantes de nuestro país, pese a que las estadísticas del INEGI poco a poco demostraban un paulatino incremento en los divorcios, en los libros de historia, en su edición de 1962, encontramos una visión conservadora y tradicional sobre el papel de la mujer, y en los contenidos históricos sólo encontramos unas breves alusiones a heroínas como Josefa Ortiz de Domínguez y Leona Vicario, ni siquiera hay una mención somera a los esfuerzos de la mujer en los procesos de Independencia, Reforma y Revolución.

No sólo el papel de la mujer era casi invisible, en las asignaturas relacionadas a las ciencias sociales se reprodujo el esquema de la familia nuclear o tradicional como un arquetipo ideal de la familia mexicana, donde la obligación de la mujer era la educación de los hijos y las tareas del hogar. Incluso en Mi libro de trabajo de segundo año se reitera la idea de que “Mamá se queda en casa, allí es su trabajo”. Posteriormente, el libro justifica esa afirmación expresando “la mamá que no salió en todo el día o que casi no salió sigue trabajando” una vez que los hijos y el padre concluyen sus labores cotidianas.

Con las posteriores reformas a la educación básica, se modificaron algunos contenidos de los libros de texto y se implementaron nuevos conocimientos para la comprensión del mundo natural y social. En el caso concretamente de las ciencias sociales, en 1972 se introdujeron las asignaturas de Ciencias Sociales, en los cuales se implementó por vez primera impartir contenidos relativo a la historia mundial, aunque la visión de la Historia no cambió en lo más mínimo. Incluso en la asignatura de Ciencias Sociales se incluyen varias anécdotas sobre los roles familiares, ejemplo de lo anterior es el libro Ciencias Sociales de tercer grado en donde se lee “la mamá no para un momento entre preparar la comida, acarrear agua, limpiar la casa, lavar ropa y dar de comer a los animales”.

Con la reforma educativa de 1993, vinieron nuevos contenidos de texto adaptados a los tiempos neoliberales, primero y segundo grado llevaban un Libro Integrado, en donde se condensaban los conocimientos primarios de las ciencias naturales y sociales. Una novedad que vemos es que poco a poco e deja el modelo de familia tradicional. En el libro integrado se lee en un fragmento “todas las familias son distintas”, mientras que en otros materiales como en el libro de lecturas se introdujeron cuentos que destacan la libertad que deben tener niñas y mujeres al realizar su profesión, ejemplo de esto es el cuento “Pateando Lunas” que nos relata la decisión de una niña para jugar futbol con sus compañeros hombres, contrariando las decisiones de sus padres.

En cuanto a las Ciencias Naturales, se encuadraron contenidos relativos a la educación sexual desde el cuarto grado, pero en las ciencias sociales siguió predominando una visión tradicional de la historia centrada en eventos, héroes y villanos, y en los contenidos de civismo, apenas se mencionaba el papel de la mujer mexicana. Con la alternancia panista vinieron algunos cambios en los libros de texto donde se comenzó a tomar más en cuenta el papel de la mujer y la igualdad de género, sobre todo en los contenidos de Formación Cívica y Ética de primero a sexto grado. 

En 2018 México presenció un acontecimiento histórico al ver llegar a la presidencia a un candidato de izquierda, Andrés Manuel López Obrador. Con la llegada al gobierno de López Obrador, la educación se vio reformada, así como los contenidos de los libros de texto. Tanto en la educación primaria como en secundaria, se introduce de una forma más analítica en la perspectiva de género y la inclusión. Es en secundaria donde más se profundiza este aspecto, sobre todo en los libros de texto de Ética Naturaleza y Sociedades donde se ahonda sobre el papel de la mujer en la historia y la necesidad de lograr una auténtica igualdad de género.

Aunque los libros de texto han sido muy criticados por sectores conservadores, debemos admitir que la implementación de nuevos contenidos que revaloran el papel de la mujer ha sido un gran acierto en estos tiempos violentos. Empero, mientras una parte del magisterio, padres de familia e incluso funcionarios se opongan a esto, el papel de la mujer en nuestra historia y sociedad seguirá siendo relegado a un segundo plano. Este 2025 en un buen momento para revalorar el papel y la lucha por los derechos de las mujeres desde la educación básica.

Por Juan Manuel Pedraza, historiador por la UNAM.

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