En México, el Artículo 4º de la Constitución Política establece que “en todas las decisiones y actuaciones del Estado se velará y cumplirá con el principio del interés superior de la niñez, garantizando de manera plena sus derechos”. En consecuencia, todos los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a la seguridad, a la protección y a poder hacer realidad los derechos que la Carta Magna resguarda desde sus hogares, en la sociedad y también dentro de sus escuelas, en donde pasan gran parte de su tiempo.
Hace más de dos años, el 19 de enero de 2023, la Oficina de Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR, por sus siglas en inglés), en colaboración con la Alianza Global para la Reducción de Riesgos de Desastres y la Resiliencia en el Sector de la Educación (GADRRRES, por sus siglas en inglés), presentaron un documento denominado Marco Integral de Seguridad Escolar 2022-2030 (MISE), mediante el cual se establecen diversos lineamientos para la protección de los niños, niñas y adolescentes ante los peligros y riesgos que estos pueden enfrentar dentro de sus aulas escolares.
El MISE es una guía práctica para lograr avances urgentes en la cobertura de derechos de los niños, niñas y adolescentes dentro de sus centros escolares, alineada con los Objetivos para el Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030. Se basa en tres pilares: 1. Centros educativos seguros (infraestructura escolar); 2. Gestión de desastres en las escuelas; 3. Educación para la reducción del riesgo y la resiliencia. Los objetivos del MISE son: 1. Proteger a los niños y trabajadores de la educación de muertes y lesiones en las escuelas; 2. Planificar la continuidad educativa ante los peligros esperados; 3. Fortalecer una ciudadanía resiliente ante desastres a través de la educación; 4. Salvaguardar la inversión del sector educativo.
Para lograr Centros Educativos Seguros (Pilar Uno), se identifican como actores clave a las autoridades educativas en coordinación con ingenieros y arquitectos, cuyas responsabilidades sean: la selección de sitios seguros para las escuelas; diseños y construcciones resilientes; reducir al máximo los riesgos estructurales y realizar evaluaciones y planes de priorización para rehabilitar y/o reemplazar escuelas no seguras; garantizar financiamientos y supervisión del mantenimiento y seguridad de los inmuebles; garantizar infraestructura de agua, saneamiento e higiene.
Para lograr la Gestión de Desastres en las Escuelas (Pilar Dos), se identifican como actores clave a los responsables de los tres niveles de gobierno de implementar políticas de gestión de riesgos de desastre (las Unidades Municipales, Estatales y Federal de Protección Civil), quienes, en conjunto con las comunidades escolares (padres de familia, directivos, empleados y la comunidad estudiantil), deberán formar los comités locales de Seguridad Escolar Integral para la planificación y preparación ante los desastres; establecer procedimientos operativos estandarizados y sistemas de alerta temprana.
Para lograr la implementación de una Educación para la Reducción del Riesgo y la Resiliencia (Pilar Tres), se identifican como actores clave a la plantilla de profesores de cada uno de los centros educativos, asesores en pedagogía e instituciones responsables de la edición de libros y materiales de difusión, cuyas tareas serán el desarrollo de aprendizajes y competencias para incorporar la reducción de riesgos y la resiliencia a los planes y currículas educativas; capacitar a los docentes para que sean instructores en reducción de riesgos.
La implementación del MISE en México está muy lejos de ser una realidad (comparto la liga de acceso al documento digital: https://gadrrres.net/files/cssf-2022-2030_sp.pdf). Estandarizar políticas públicas que privilegien la inversión en materia de reducción de riesgos dentro del sector educativo y se protejan las instalaciones para que sean más seguras y ecológicas ante las adversidades de los próximos 30 años es casi un sueño; del mismo modo, estandarizar un proceso de gestión de la seguridad escolar, empoderar a los docentes y fortalecer las capacidades de respuesta de la comunidad estudiantil también. ¡Que su semana sea de éxito!
Hugo Antonio Espinosa
Funcionario, Académico y Asesor en Gestión de Riesgos de Desastre
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