Tal como lo comentábamos en la entrega anterior, así como los guionistas y escritores de Estados Unidos adheridos al sindicato WGA decidieron irse a la huelga el 3 de mayo de 2023, esgrimiendo como parte importante de sus argumentos afectaciones de carácter tecnológico o ligadas a la utilización de algoritmos en el sector del entretenimiento; de igual forma, el sindicato de actores estadounidenses SAG-AFTRA (Screen Actors Guild-American Federation of Television and Radio Artists) inició una huelga en contra de la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP) el 14 de julio del mismo 2023.
El motivo principal por el que también traigo a escena esta huelga tiene que ver precisamente con que, nuevamente, los trabajadores del ámbito del entretenimiento nos pusieron el ejemplo a las organizaciones de trabajadores, no sólo de Estados Unidos, sino del mundo, sobre cuáles son los temas fundamentales y en los que se deben enfocar los sindicatos ante el recambio tecnológico, la economía digital y la aparición de nuevas formas de trabajo basadas en tecnologías emergentes, gestión algorítmica e inteligencias artificiales, que vienen a modificar los procesos de trabajo y, en consecuencia, las relaciones laborales tradicionales.
La huelga más prolongada en la historia del sindicato SAG-AFTRA, que en conjunto con la de guionistas y escritores paralizó materialmente a Hollywood, tuvo tres grandes demandas: aumento en los salarios, regalías por concepto de streaming y la protección contra el uso de inteligencia artificial (IA); siendo estas dos últimas en las que está centrado mi interés, por lo que esto representa para el futuro de los trabajadores, ya que, ante el entorno laboral digital en el que cada día se ven involucrados más sectores de la industria, es indudable que, en esa medida, las negociaciones laborales y de derechos tendrán carácter algorítmico y, por lo tanto, es prioritario saber cómo enfrentarlo.
Un planteamiento muy inteligente que hizo el sindicato fue ligar la solicitud de aumento salarial a los cambios y auge del streaming, lo que ha generado grandes márgenes de utilidad a la parte empresarial, pero sin compartirlos de manera equitativa con los actores.
Un concepto que, al igual que en el caso de los guionistas, apareció en este conflicto fue el de la transparencia de los residuales; es decir, el pago de las regalías por la retransmisión de películas y series en plataformas de streaming.
De igual forma, los actores pusieron sobre la mesa de negociación, como tema central y en una acción desde mi particular punto de vista trascendente, la regulación del uso de la IA en la actuación, debido a que ellos perciben que esto pudiera desplazarlos o reducir de manera considerable su participación en esta industria.
Finalmente, el 9 de noviembre de 2023, es decir, después de 118 días (la más larga en la historia de Hollywood), dicha huelga finalizó mediante un acuerdo que contempló mejoras por más de mil millones de dólares que incluyeron aumentos salariales, mejoras en los beneficios, protecciones contra el uso de la IA y nuevas bonificaciones por reproducciones en streaming. Se dice que el acuerdo observó el uso de la IA para el escaneo de rostros de actores, con la finalidad de generar actuaciones digitalmente, algo que ya se venía haciendo; sin embargo, ahora es con el consentimiento del actor y, por supuesto, un pago derivado de ello.
Otro hecho que abordaré de manera rápida es la huelga de los trabajadores de la industria automotriz en los Estados Unidos, adheridos al sindicato United Auto Workers (UAW), que realizó una huelga histórica, ya que fue de forma simultánea contra las grandes automotrices (Ford, GM y Stellantis). Destaco este movimiento debido a que en él se pronunció a favor de los trabajadores el presidente Joe Biden. Asimismo, independientemente de los logros en cuanto a aumentos de salarios, mejora de las pensiones, seguridad laboral y la reversión de la escala salarial, por sobre todo ello, el liderazgo de UAW y los trabajadores tuvieron la capacidad de insertarse en el ensamblaje de vehículos eléctricos, algo en lo que les negaban su participación, y dejando sobre la mesa sus demandas referentes a la utilización de algoritmos e IA en los procesos de trabajo.
Esta contextualización me lleva a reflexionar y ubicar que en nuestro país no hay sindicato alguno que esté siquiera pensando en establecer una estrategia que haga frente a la evolución tecnológica, la gestión algorítmica de sistemas y el uso de la inteligencia artificial generativa en las actividades laborales; lo que, sin duda, deja a los trabajadores en estado de indefensión ante los acontecimientos.
Lo anterior es una pena, ya que ni los sindicatos ligados al sector tecnológico, como los de telecomunicaciones, tecnologías de la información y las comunicaciones, y radiodifusión, han sido capaces de pensar en el diseño de esquemas de alfabetización digital, transformación digital, capacitación en nuevas tecnologías, desarrollo de habilidades digitales y blandas, entre otras necesidades imperantes; lo que seguramente cobrará caras facturas, que, como siempre, deberán pagar los trabajadores.
Al tiempo, ojalá y su servidor se equivoque en esta ocasión.
Email: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
X: LUISESCOBARRAM6