La presión de transportistas en Toluca
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Publicado en Opinión

La presión de transportistas en Toluca

Lunes, 01 Septiembre 2025 00:00 Escrito por 
Sin Titubeos Sin Titubeos Diana Mancilla Álvarez

Nuevamente, los concesionarios del transporte público en el Valle de Toluca tratan de poner contra la pared al gobierno estatal, a través de la Secretaría de Movilidad. Exigen, que no piden, que la tarifa oficial del pasaje pase de 12 a 14, 16 y hasta 18 pesos. ¿De verdad saben lo que eso representa solo para una familia? Pero además, la “solicitud” ya no viene de forma respetuosa, con argumentos sólidos (ganan millonadas mensualmente), sino mediante el amague, el chantaje, la amenaza. Y repetir todos los lunes el paro total desde las 4 de la mañana.

Los transportistas amenazan con impedir el paso o bloquear las entradas a la ciudad, precisamente en el inicio del ciclo escolar, cuando saben que las familias necesitan moverse con mayor rapidez. Hablan de 17 puntos: Tollocan y Pilares, Crucero de Tres Caminos, Entrada a San Cristóbal (Tacos Buenavista), López Portillo y Alfredo del Mazo, Adolfo López Mateos (a la altura de Sierra Morelos y Torres Chicas), Ciudad Universitaria, Vicente Guerrero, Tollocan y Vicente Guerrero, Tollocan y Colón, Torres y Jesús Carranza, Pino Suárez y Tollocan, Torres y Pino Suárez, Torres y Díaz Mirón, Tollocan y Tablajeros, La Maquinita en Isidro Fabela y Primer cuadro de Toluca.

Pero el problema no es solo el incongruente aumento que solicitan —hablamos de 50 por ciento más para el bolsillo familiar—, sino de las formas con las que quieren que se les autorice. Parece que los transportistas no se acuerdan de que el espacio público ni las calles por donde circulan son de ellos: las concesiones se las otorga el gobierno estatal. Así que, si quisiera y el secretario Daniel Sibaja lo resolviera adecuadamente, podría quitárselas sin problema. Esto se supone que ocurre cuando se abusa de ellas o se convierten en un riesgo para la sociedad.

Pero la gravedad de esta forma de presión es que, del lado de quienes piden, no hay respuesta. Desde hace muchos años se ha tratado de automatizar el cobro y, por supuesto, las empresas no quieren, porque representaría un control en los ingresos, que en este momento no tienen. La atención al usuario, lejos de ser mejor, es peor cada día. Los propios choferes maltratan a los pasajeros, echan carreras por ganar pasaje sin importarles la seguridad del pasajero, los tiran por arrancarse antes de que termine de bajar. Rompen las reglas de tránsito cuando se les da la gana. ¿Este mal servicio amerita un aumento?

El transporte público, y no es nuevo, es uno de los principales causantes de accidentes de tránsito: choques, atropellamientos y percances diarios provocados por la imprudencia de los conductores. No hay cultura vial ni conciencia de que están al frente de un servicio público esencial. Y, mientras tanto, la vida de peatones, ciclistas y automovilistas se expone cada día.

Hay que añadir el tráfico que generan y no les puedes llamar la atención de ninguna manera. Se estacionan en doble o triple fila, detienen las unidades donde quieren, se apropian de carriles enteros. La realidad es que la circulación vehicular en la capital del Estado de México y parte del Valle de Toluca está sujeta, en gran medida, a la indisciplina de quienes manejan las unidades. Y ahora resulta que son las víctimas de un gobierno estatal que no permite que den el “tarifazo”.

Preocupa el amague, la advertencia, la amenaza de paralizar cada lunes la ciudad si no se les autoriza el alza al pasaje, sobre todo hoy, que es día de inicio de clases en el nivel básico. Saben lo que representa paralizar la capital del Estado de México: el colapso, afectaciones económicas, estrés social y el golpe a las familias que no tienen más opciones para movilizarse. A costa de esa necesidad, buscan que el gobierno acepte el alza.

Hasta el cierre de esta columna se mantenía la mesa de negociación. Bloqueo o no, aumento del pasaje o no, lo cierto es que, al final, los únicos que pierden son los ciudadanos, que pagan, que viajan, que aguantan mal servicio y malos tratos. ¿Permitirá la gobernadora Delfina Gómez que el chantaje y la amenaza sigan siendo moneda de cambio, como en los viejos tiempos? Las concesiones no deben ser cheque en blanco, y la sociedad tampoco puede seguir siendo rehén de nadie.

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