El Nobel nos advierte
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Publicado en Opinión

El Nobel nos advierte

Jueves, 16 Octubre 2025 00:00 Escrito por 
Palabras al viento Palabras al viento Juan Carlos Núñez

El Nobel de la Paz 2025 a María Corina Machado no es un premio individual: es una advertencia global dirigida a México sobre la ruta del autoritarismo y cómo enfrentarlo. La tendencia de erosión democrática implica un deterioro lento, pero constante, de sus pilares y es más peligrosa que la toma del poder por la fuerza. Cuando un gobierno usa las leyes para desmantelar la democracia, la desobediencia se convierte en deber cívico.

En la realidad que enfrentamos los mexicanos y diversos países del mundo, el premio otorgado a María Corina Machado constituye una declaración política global que valida la legitimidad de la resistencia civil no violenta frente a regímenes que utilizan ropaje institucional democrático para llegar al poder, pero que son autoritarios o tienden claramente hacia el autoritarismo para consolidar una dictadura. Actualmente, México ha sido clasificado como una democracia híbrida porque paso a paso transitamos por esa ruta. El Nobel de la Paz 2025 debe servir como un barómetro de la calidad democrática regional.

María Corina fue galardonada por su “coraje civil extraordinario”, según el Comité Noruego, que adicionalmente la definió como uno de los ejemplos más notables en América Latina y subrayó su “incansable trabajo por la promoción de los derechos democráticos para el pueblo de Venezuela” y su “lucha por una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia”.

El liderazgo de María Corina se define por su estrategia de constancia y resiliencia, crucial para enfrentar a regímenes que buscan desgastar a la oposición mediante burocracia, represión o inhabilitación legalista. “La dama de hierro venezolana” funda la fortaleza de su liderazgo en valores, convicción inquebrantable y tenacidad. Su lema “hasta el final” subraya una resistencia política a largo plazo. Su inhabilitación, que la fortaleció como lideresa, es una enseñanza fundamental para la sociedad civil mexicana. No hay duda: la constancia y la valentía son más poderosas que la censura legalista o la intimidación política. El foco de la resistencia debe estar en la movilización permanente.

Componentes básicos de su influencia son la cercanía y la empatía. Su estilo de gestión se caracteriza por conectarse con la gente, comprender sus necesidades, recoger sus aspiraciones y escuchar sus “dolores”. Esta lideresa no se oculta tras las circunstancias. Enfrenta el peligro, prioriza los principios y protege a su gente.

A siete años de iniciados los gobiernos de Morena, se observan tácticas con preocupantes convergencias respecto al proceso venezolano. En México se replica el método de cooptación que favorece el caudillismo y el antiliberalismo. El fuerte liderazgo personalista y las tendencias antinstitucionales que buscan desmantelar los contrapesos generan un riesgo extremo similar al populismo de izquierda encarnado en Chávez.

Frente a la erosión democrática, la respuesta más efectiva y legítima es la resistencia civil no violenta. Esta forma de acción política utiliza estrategias sin violencia para desafiar al adversario, ejerce presión y, de manera sistemática, busca debilitar las fuerzas del poder autoritario. Recordemos que fue utilizada por Gandhi en la independencia de la India, o la lucha de Luther King por los derechos civiles y, en América Latina, las movilizaciones en Chile contra el régimen de Pinochet.

De la constancia, como estrategia en que se ha basado Machado, se derivan mandatos para la acción en México: el Estado de derecho y los contrapesos requieren una defensa irrestricta e innegociable. No sólo hay que defender a los órganos autónomos: hay que rechazar la cooptación legal. María Corina nos ha dado un ejemplo fundamental. La base social debe movilizarse, incluso en la clandestinidad, más allá de los límites partidistas. La resistencia civil activa es responsabilidad de todos los demócratas y debe utilizar mecanismos para debilitar a los autoritarios mediante la presión social organizada y masiva.

Cuatro son los principios del liderazgo que podemos aprender de Machado: perseverancia, que ayuda —a pesar del desgaste político— a mantener la voz crítica y la resistencia a largo plazo; se requiere de coraje civil extraordinario para denunciar abiertamente abusos, enfrentar riesgo, confrontación e intimidación, sin recurrir a la violencia ni al silencio; el liderazgo necesita de principios que den prioridad a los valores democráticos sobre intereses coyunturales o retórica populista y, por último, pero no menos importante, tener cercanía y empatía con los problemas reales de las personas, defenderlas ante sus necesidades. La resistencia tendría que ser inclusiva y reflejar las aspiraciones populares.

Para los mexicanos, el mensaje de Machado es simple, pero devastador: la derrota electoral no debe traducirse en derrota final. La perseverancia es el motor para revertir la erosión democrática y, aun en los momentos de más oscuridad, la llama de la libertad debe permanecer inquebrantable. Si queremos un México libre, entonces debemos luchar “hasta el final”. “Hasta el final” no es nostalgia política: es el manual de resistencia que urge estudiar.


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Juan Carlos Núñez

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