Quien intentó viajar a la Ciudad de México, la semana pasada, sufrió el embate de la terquedad y la falta de sensibilidad de un grupo de pseudo maestros que no tiene ninguna sensibilidad hacia los problemas de nuestro país.
Es cierto, quienes en lugar de apoyar a México en las aulas, enseñando a las futuras generaciones los valores sociales y éticos que les permitan crear un mejor futuro, se dedican a fastidiar a la ciudadanía con demostraciones de falta de respeto a la libertad de tránsito, no deben ser llamados maestros.
Si ustedes, estimados lectores, por azares del destino tuvieron que trasladarse a la Ciudad de México o a la zona metropolitana, sabrán a lo que me refiero. Un caos vial que alargó el tiempo de viaje a varias horas; hizo que el transporte de bienes y servicios no llegaran a su destino; que muchos viajeros perdieran vuelos; que se perdieran horas hombre, importantísimas para la producción; que muchos empleados llegaran tarde o no llegaran a sus trabajos y, lo más grave, que quien tenía una urgencia médica, perdiera la oportunidad de mejorar e incluso pusiera en peligro su vida.
Todo esto nos lleva a pensar si será justo y legal que por el interés particular de unos cuantos, la vida social se detenga, la productividad tenga mermas o las necesidades justas de los ciudadanos no puedan cubrirse adecuadamente; si será justo que por la desinformación y la injerencia de algunos líderes se limiten las garantías de los ciudadanos y se ponga en riesgo la vida de muchos. No, no lo creo, recordemos la máxima jurídica que nos indica que “mis derechos se limitan con los derechos de los demás”, y la ley es muy clara, existen delitos que protegen el libre tránsito, el uso adecuado de las vías de comunicación y el aprovechamiento de bienes de uso común.
Es importante que la autoridad proteja el bien común y no el capricho de unos cuantos, ¿hasta donde es justo que los cuerpos policiacoa sean un espectador más que solo observan la impunidad de estos pseudo maestros y hasta los protegen cerrando las vías de comunicación para que puedan realizar sus ilegales acciones, mientras los ciudadanos sufren por sus marchas y manifestaciones?
Entendamos que son movimientos políticos y si no ¿por qué no sólo participan maestros?, siempre a su lado estarán otros actores que se dedican a desestabilizar al país.
Y no me lo cuentan, los conozco porque tuve la oportunidad de analizarlos perfectamente bien en mi labor de investigación en el Distrito Federal de los noventas y sé de sus alcances; sin embargo, me entristece que hasta este momento el problema sigue igual,la autoridad no actúa y el ciudadano común sigue sufriendo para llegar a su destino y cumplir con las labores de su vida diaria.
Por cierto: Este tema también afecta a la seguridad de todos nosotros, siempre hay alguien que aprovecha la confusión, que provocan estos movimientos, para cometer un sinnúmero de ilícitos, hay que tener cuidado.