El viernes 13 de julio tuvo lugar una reunión por parte de la plana mayor del gobierno de los Estados Unidos con el virtual presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, y su equipo, en las oficinas de su cuartel general de la Ciudad de México, en la que estuvieron presentes, por parte del gobierno de Donald Trump, nada más y nada menos que los secretarios de Estado Mike Pompeo; del Tesoro, Steven Mnuchin; de Seguridad, Kirstjen Nielsen, y el asesor del presidente Jared Kushner, a quienes les fue entregada la propuesta del “Plan de Entendimiento” de AMLO, de la cual no se tiene mayor detalle y que en el momento oportuno se dará a conocer, de acuerdo a lo declarado por el que será el canciller mexicano Marcelo Ebrard Casaubón.
La presencia de los altos funcionarios de Estados Unidos, según se dio a conocer, fue para sentar las bases en los temas de migración, Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y la seguridad en las fronteras, que son de mayor importancia por parte de ambas naciones, aunque no debe pasar desapercibido el hecho de que el Presidente estadounidense en un momento previo y fiel a su costumbre, comentó que en caso de que el TLCAN no prospere con los tres países, Canadá, Estados Unidos y México, le interesaría llegar a un acuerdo para un tratado bilateral con éste último, lo que deja entrever la posibilidad que lo mismo puede proponer para Canadá. Esto no es nuevo, lo ha venido sugiriendo desde hace tiempo al no obtener una negociación del Tratado como él la ha propuesto a través de sus mensajeros.
El caso es que las negociaciones del TLCAN no han concluido porque el gobierno estadounidense insiste en imponer condiciones tanto a Canadá como a México, que no son aceptadas por sus socios. El equipo negociador de México no cede al comportamiento intransigente de Donald Trump, y el proceso se ha alargado más de lo que se tenía previsto.
La situación es muy clara, Donald Trump no da un paso sin analizar las ventajas y las desventajas que tiene. La comitiva que envía como avanzada para dialogar con el virtual Presidente electo de México y con su equipo más cercano, trajo un mensaje, y debe ser analizado con mucho cuidado. A pesar de la algarabía que la visita puede representar, no es recomendable dejarse llevar por la emoción que ésta implica y que, desde luego, no se dio con el presidente Enrique Peña. La actitud del mandatario del norte no ha cambiado, ha sido constante en ataques en contra de México y de los mexicanos, más bien, cabe la pregunta ¿qué pretende el gobierno de Estados Unidos con este acercamiento?
El maltrato, su política migratoria violatoria de derechos humanos, la arrogancia con la que se ha conducido el ejecutivo americano, y en especial, el odio que manifiesta una y otra vez en contra, no sólo de los mexicanos, sino de todos los latinos que se encuentran en suelo americano y al sur de su frontera, no puede cambiar de la noche a la mañana, y quien lo crea así, cierra los ojos a la realidad.
Lo cierto es que Trump no quiere que haya más migración hacia su país, ¿qué ofrece el próximo gobierno de México? bueno pues ha declarado AMLO que la gente ya no tendrá necesidad de emigrar a la unión americana, por una nueva política de oportunidades laborales, en mejores condiciones para el campo, se impulsará el desarrollo y se involucrará a otros países con el mismo problema, por lo que se logrará contener ese peregrinar hacia el norte, con un plan ambicioso de crecimiento económico sin antecedentes. Sólo que esto aún no lo saben los migrantes que van tras el sueño americano, alguien tendrá que decirles, que habrá en México mejores oportunidades para todos y que lo que pueden ganar allá, lo podrán ganar en su tierra.
En cuanto a la seguridad, han sido muchas las críticas que, de manera poco amable, ha expresado el presidente Donald Trump respecto de la inseguridad que se vive en México y que lo culpa de la que se vive en gran parte de los Estados Unidos, en especial, con motivo de las actividades de los cárteles de la droga, acusando que es muy pobre la política del combate en contra de este problema y que como resultado permite que llegue a suelo estadounidense el mercado de las drogas, sin aceptar que tal mercado se debe en gran medida a que hay quien la compra, pero, eso no le interesa, como no le interesa el medio ambiente y muchas, muchas otras cosas que son de mayor interés internacional. Por ello, debe verse con mesura su pretendido acercamiento con el nuevo gobierno que entrará en funciones en diciembre próximo.
Aunque podría ser que el coqueteo con el nuevo gobierno mexicano que entrará en funciones en diciembre próximo, es por el interés que debe tener Donald Trump en ver la posibilidad de cumplir con sus promesas de campaña que no ha logrado materializar, al parecer ve en AMLO a un aliado, por el momento es pura suspicacia, porque no es un secreto que a aquel no le han salido las cosas y cada vez que lo necesita, habla del muro y de migración para recuperar apoyo de sus simpatizantes; sin embargo, el temperamento de ambos es impredecible, y de la misma forma lo será la relación.
Es complicado adelantarse a suponer el resultado que puede obtenerse derivado de dicha reunión, y de las que se presenten a futuro, más bien, hay que caminar con pies de plomo y conservar un espacio para la duda y el cuestionamiento, para estar atentos al desarrollo de la relación Estados Unidos-México que en breve tendrá un nuevo capítulo, con altas expectativas.