Estoy seguro que los seguidores de Andrés Manuel López Obrador no estarán de acuerdo con los comentarios que haré a continuación; y si bien es cierto que ganó una elección sin precedentes en nuestro país, lo es también que sus medidas populistas causarán un retroceso en muchas acciones que abonan para una seguridad de todos y para todos.
Siempre he dicho que cuando la política se inmiscuye de manera directa en temas de Seguridad Pública, las decisiones son tomadas con esa visión y no con la claridad que se debe tener en este tema. En todas las acciones de austeridad siempre quedan fuera la educación, salud y seguridad, ya que son prioritarias para el desarrollo de las sociedades.
Hoy me refiero a la manifestación del Presidente electo sobre quitar el seguro de gastos médicos a los policías; al contrario, debería ampliarlo a Bomberos y Paramédicos, a todos aquellos servidores públicos que arriesgan su vida por los demás; y no porque sean ciudadanos diferentes, sino porque todos los días ponen en peligro el bien más preciado de un hombre, su vida.
El artículo 45 de la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública establece un sistema complementario de Seguridad Social para policías; precisamente, el seguro de gastos médicos mayores se desprende de esa visión de protección especial a quienes arriesgan su vida, protección que emana del artículo 123 Constitucional, no es una ocurrencia.
Es importante que el nuevo gobierno federal analice perfectamente las medidas que intenta tomar para el tema de seguridad pública, y que el nuevo secretario, con poca experiencia en el tema, se haga acompañar de gente con conocimiento, de servidores públicos probados y que conozcan el trabajo operativo. Es muy sencillo decidir desde un escritorio sin conocer la complejidad de combatir a la delincuencia directamente y de frente. Entre esas decisiones, hablar de concentrar el mando en una sola persona y quitar a los policías el seguro de gastos médicos mayores, me parecen decisiones equivocadas, temas que ya hemos tratado a profundidad; sin embargo, no es oficioso reafirmarlo y, sobre todo, por lo importante que es la salud y la vida de los policías.
En fin, esperemos que se tomen las mejores decisiones, que se apoye verdaderamente al personal policial, a los bomberos, inspectores forestales, paramédicos y a todos aquellos servidores públicos que arriesgan su vida en aras de una sociedad mejor y una vida tranquila para sus conciudadanos. Que, además, se realicen verdaderos esfuerzos para la capacitación, equipamiento y mejora salarial de estos servidores públicos, que en su mayoría son honestos y con un gran sentido de pertenecía a sus instituciones. Me parece más importante, para el crecimiento social, dar mejores condiciones de vida a los policías y sus familias. Que al crear incentivos económicos para quienes no aportan al bien común, y si bien es cierto que los adultos mayores, las madres solteras y los estudiantes deben contar con apoyos, también lo es que las familias de estos servidores públicos los necesitan, pues el muy escaso salario que perciben no es suficiente.
He afirmado que el sueldo no es un factor básico para la corrupción, pero cuando un servidor público sale a trabajar con la seguridad de que su familia tiene lo indispensable para vivir, es un trabajador que pondrá todo su esfuerzo para mejorar su labor.
Por cierto: disfruten sus vacaciones y no olviden las medidas básicas de seguridad.
