Este lunes cientos de alumnos de nivel preescolar, primaria y secundaria, regresaron a clases. Las tiendas de autoservicio y papelerías surtieron todos los materiales necesarios para que los niños y jóvenes de lo niveles básicos, tengan un ciclo escolar con todo lo necesario para cumplir su cometido y transitar por un año de estudio y aprendizaje.
Los padres de familia hacen un gran esfuerzo para comprar los útiles y cumplir las necesidades de los jóvenes estudiantes; sin embargo, un gran número de libretas y libros usados se apilan en las casas o se tiran a la basura, aun con gran parte de ellas sin utilizar. Asimismo, colores y lápices a medio uso se desechan para comprar una nueva carga de materiales que cuestan a la naturaleza miles y miles de árboles que dejan de prestar servicios ambientales.
Pero la necesidad de consumir y la vanidad de llevar los materiales nuevos, nos ciegan ante una realidad que cada días nos cobra más facturas. Sin duda, hemos olvidado los tres paradigmas básicos de la sustentabilidad: reusar, reciclar y reutilizar.
Hablamos del cambio climático y nos quejamos del calor que nos agobia en ciertas épocas y de las lluvias que nos ahogan en otras. Antes no llovía, decimos, y vemos como la naturaleza cambia y nos reprochamos que algo estamos haciendo mal.
Es cierto, nuestros abuelos sabían cada día cómo estaría el clima, cuándo llovería y cuándo haría calor. El campesino sembraba y cosechaba a tiempo de acuerdo con el clima y las abuelas sabían cuándo darnos un suéter o un paraguas por el frío y la lluvia. Ahora no sabemos a qué nos enfrentaremos. Grandes ciudades con inundaciones increíbles, ondas de calor cuyo golpe mata personas, granizo del tamaño de pelotas de béisbol y deslaves que arrastran poblaciones enteras.
Pero, claramente, nada de esto es gratis, el uso no sustentable de los recursos maderables y en consecuencia la tala inmoderada de los bosques, nos llevan a todas estas catástrofes. Recordemos que los árboles, además de proporcionar oxígeno, contribuyen a la filtración del agua al subsuelo y mantienen el terreno donde están sembrados con la firmeza necesaria para evitar su movimiento y deslave.
Grandes cantidades de basura que se produce con lo que no reutilizamos o reciclamos, se vierte al drenaje y provoca esos tapones que evitan el paso del agua e inunda todo.
Y así, podría seguir mencionando acciones irresponsables de los seres humanos que nos llevan a las catástrofes ecológicas que muchos han predicho; sin embargo, si cada uno ponemos nuestro granito de arena algo positivo resultará.
El reusar no es una moda, es una medida de vida, sí, de vida para nuestros bosques y para la humanidad, por eso reutilicemos los útiles escolares y demos una nueva oportunidad a la naturaleza para que vivamos en armonía.
Por cierto: un nuevo ciclo escolar comienza, no olvidemos las medidas preventivas de seguridad para nuestros hijos.