Aunque nacimos llorando, no hay nada más cotidiano que sonreír. La sonrisa es quizá la forma más simple y eficaz para comunicarnos entre seres humanos (y también con algunas otras especies vivas). Una sonrisa siempre nos hace sentirnos mejor, con más ánimo, energía, positivos y proactivos. Hay personas que sonríen más que otras, hay sociedades que sonríen más que otras.
Y si bien una sonrisa es algo tan cotidiano que podría pasar desapercibido, también es cierto que todos podemos identificar con toda claridad cuando una sonrisa es falsa.
Una de mis sobrinas que vivió varios años en Inglaterra decía que cuando el avión hacia escala en Canadá sentía que ya estaba cerca de casa, porque las personas empezaban a sonreír un poco más. Y sí, los mexicanos somos reconocidos en el mundo por tomar la vida con humor, nos reímos casi de todo, incluso de la tragedia y también de la muerte, sobre todo de la muerte.
La risa es un fenómeno cultural que puede observarse en los ámbitos personal y social. La manera y la frecuencia con que sonreímos tiene que ver con nuestros procesos de socialización; hay quienes aprendieron a reír a carcajadas, hay a quienes nos enseñaron a sonreír de manera tenue y otros que aprendieron a no sonreír, quizá por ello les cuesta trabajo aceptar la alegría que les rodea.
Algunos estudios señalan que una persona sonríe en promedio 20 veces al día, que los niños ríen más que los adultos y no queda claro si son los hombres o las mujeres quienes ríen más, lo que sí es cierto es que –en los últimos años– la capacidad de reír ha disminuido considerablemente, por eso es cada vez más común escuchar que la risa es la mejor medicina. Dicen que reír 100 veces al día nos da los mismos beneficios que remar 10 minutos; que quince minutos de risa equivalen a dos horas de sueño. Pienso que por eso hasta los dioses aman las bromas.
Sin amor y sin risas, nada es agradable, decía Horacio. Y si, cuántas veces cuando solicitamos un servicio, cualquiera que sea, nos quejamos de la persona que nos atiende, más que por no resolver positivamente lo que necesitamos, por su actitud; cuántas veces en un momento de suma tristeza, una sonrisa logra reconfortarnos el alma; cuántas veces nos hemos reído de lo que en algún momento nos hizo llorar, o enojarnos.
“Nunca sucedió nada bueno en este planeta que no empezara por hacer reír a algunos”, diría Charles Dickens. El humor tiene un papel importante en la vida, es el mejor aliado para la convivencia; un comentario gracioso o una sonrisa genuina, puede transformar un momento tenso; los médicos griegos indicaban a los pacientes asistir a espectáculos de comedia como parte de su tratamiento. La risa es aliada de bienestar físico y mental.
¿Alguna vez has llorado de risa? ¿Recuerdas cuándo fue la última vez que soltaste una carcajada? ¿Cuántas veces al día utilizas el “emoticon” ??o la onomatopeya ja, ja, ja?. Yo por ejemplo, disfruto con una sonrisa al recordar esa sensación de placer que me ha provocado una buena charla, una buena música, una buena comida, una buena película, una buena velada, un buen chiste, un recuerdo gracioso.
Yo, cierro hoy, como dice la canción: No tengo todo calculado ni mi vida resuelta, sólo tengo una sonrisa y espero una de vuelta.
