Es reconocido como un factor de riesgo, pues contribuye a la mala salud física y mental, dando lugar a comportamientos disfuncionales que originan problemas psicológicos, trastornos psiquiátricos, y es causa de ausentismo laboral. Este síntoma de estrés laboral está ligado a la carga psicológica del empleo moderno, se le denomina Burnout Laboral ó Síndrome del quemado, es un estado de agotamiento físico mental y emocional.
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En muchas profesiones, el Burnout laboral está en su punto más alto, fue impulsado por la pandemia de COVID-19, pues esta combinó el estrés personal con el laboral y la salud. Fue reconocido en 2019 por la OMS (Organización Mundial de la Salud) como trastorno mental, y lo describe como el síndrome que resulta del estrés crónico en el trabajo que no fue gestionado con éxito. Es una de las patologías que actualmente vive la sociedad del cansancio y la ansiedad.
El agotamiento físico y emocional está vinculado a la ausencia de sensación de logro y a la pérdida de identidad personal. Aparte de la despersonalización, este peligroso cansancio, disminuye la capacidad de toma de decisiones o iniciativa. El entorno laboral no satisface los intereses, y las tareas demandan mayor energía, provocando aislamiento social. Aquí comienza el desequilibrio entre la vida social y familiar.
Algunos de los síntomas del Burnout laboral son agotamiento, dificultades para dormir, sentimientos de temor y falta de motivación, cinismo o irritabilidad y apetito inestable. Estos aparecen en cuatro diferentes niveles, leve cuando la persona siente dificultad para levantarse; moderado cuando hay irritabilidad, negativismo y aislamiento; grave, se realizan las tares de manera lenta, sin entusiasmo, hay aversión, consumo de psicofármacos y en ocasiones abuso en el consumo de alcohol; extremo, hay un aislamiento notable, cuadros psiquiátricos, colapso, suicidios.
Ante la aparición de los síntomas, lo mejor es acudir a una consulta médica, existen diferentes cuestionarios para su detección, el más recomendado es el llamado MDI.
Para prevenirlo y combatirlo, se recomiendan hábitos que seguramente fueron suspendidos, como ir al gimnasio, disfrutar de un almuerzo saludable, salir a caminar, reír un rato al día con la compañía de preferencia. También se recomienda trazar metas realistas, al igual que remarcar los pequeños logros, reducir el tiempo frente a las pantallas, y el autocuidado, dieta saludable, ejercicio, el contacto con la naturaleza reduce el estrés agudo y crónico.
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