En las reflexiones que debemos hacer como parte de la sociedad mexicana está pensar: ¿qué es más importante para nuestro país, dar apoyo moral y económico a los migrantes que abandonaron sus casa, por alguna necesidad o con la idea de que en otro lado mejorarán su calidad de vida, o respetar el Estado de Derecho en el que debemos vivir todos los mexicanos y quienes transitan por nuestro país?
Hemos visto cómo, en muchos casos, los migrantes tienen actitudes de exigencia y en ocasiones realizan actos totalmente ilegales en su paso por nuestro territorio; no cuidan la limpieza de los lugares acondicionados para recibirlos y, en muchas ocasiones, exigen algún tipo de comida o ropa de marcas especiales.
Yo me preguntaría ¿qué va a suceder al no lograr pasar al vecino país del norte? ¿cuánto tiempo habrá que alimentarlos, vestirlos y darles posada en el territorio nacional? Si se quedan, ¿buscarán trabajo o se unirán a grupos de la delincuencia común, o peor, a la organizada? Todas estas interrogantes aún no pueden ser contestadas pero ya preocupan al sector gubernamental y a la sociedad en general.
Esta preocupación no sólo está en la mente de muchos mexicanos, ya es manifiesta en las acciones que han realizado varios grupos de la sociedad, como las protestas de los habitantes de Tijuana en contra de la actitud de los miembros de las caravanas.
Es importante reflexionar sobre el Estado de Derecho que ha sido vulnerado por los migrantes desde el momento de su ingreso a nuestro país. Entraron de manera ilegal y, eso, les da precisamente esta categoría de ilegales, por lo que, el Estado mexicano y la sociedad no tenemos la obligación de cuidar a quienes denostan la legalidad y atacan los principios fundamentales, así como los derechos de los ciudadanos honestos y trabajadores de México.
No se trata de negar la ayuda, por el contrario, la idea es que a través de conservar la legalidad en nuestro país, podamos crear los escenarios propicios para apoyar a quienes verdaderamente lo necesiten, en su paso hacia Estados Unidos o en su estancia para convertirse en buenos ciudadanos en México.
Otra duda que surge es si tendremos las condiciones precisas, sobre todo económicas, para darles cabida a todos los migrantes en México, sin descuidar a los propios mexicanos; no debemos olvidar a los millones de ciudadanos que viven en la pobreza y las necesidades de educación, desarrollo social, empleo y seguridad que tiene México.
Es un tema difícil, pero necesario de abordar, con la premisa de razonar, si es más importante una medida de apoyo a los migrantes o conservar el Estado de Derecho que tanto nos hace falta en nuestro México.
Por cierto: ya probamos la calidad del frío que se sentirá este invierno, no dejen de tomar medidas de precaución para evitar enfermedades y, sobre todo, cuidado con los medios para producir calor que desprenden bióxido de carbono, son letales.
