¿Mejorar la política o mejorar la ciudadanía?

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Publicado en Opinión

¿Mejorar la política o mejorar la ciudadanía?

Jueves, 30 Mayo 2019 00:06 Escrito por 
¿Mejorar la política o mejorar la ciudadanía? Prosperidad Política

Diario se habla y se escribe sobre la urgente necesidad de reconducir el ejercicio de la política, no sólo en México, sino en todo el mundo. Hacer de la política una tarea más humana, representativa de las causas sociales, con acciones encaminadas a dar certidumbre a la población; hacer de la política un ejercicio participativo que mediante mecanismos exitosos permita escuchar y convertir las demandas sociales en prácticas públicas.

Esto es, humanizar la política a fin de dignificar el valor de la persona y no ver al pueblo como un botín electoral; tener sensibilidad ante los legítimos anhelos y no únicamente reducirla a números e indicadores; impulsar las aptitudes de los ciudadanos y generar condiciones de igualdad.

Lograr que los políticos sean congruentes con esta visión de la política, conlleva también una gran corresponsabilidad social que se asocia con la cultura de la legalidad, misma que se entiende como la propensión individual a cumplir con los actos normativos que nos garantizarán una mejor convivencia en sociedad.

Los políticos no están exentos de las dinámicas sociales, sino que son el reflejo de la evolución cultural. Es decir, las personas que por vocación hemos decidido profesionalmente dedicarnos a la función pública, debemos estar conscientes que primero somos ciudadanos. Desde nuestro entorno, debemos buscar la armonía con nuestros vecinos, tener escuelas de calidad para nuestros hijos, caminar por calles seguras que nos permitan tener confianza en nuestros cuerpos de seguridad pública, entre muchas cuestiones participativas, que otorgan cohesión al tejido social.

Por ello la importancia de los preceptos básicos impulsados por la cultura de la legalidad: van desde cuestiones elementales como respetar señalamientos viales, cuidar nuestro entorno y cooperar con el prójimo; hasta rechazar y condenar actos ilegales que atenten contra los derechos de nuestros conciudadanos, así como ser enemigos del influyentismo, la corrupción y la impunidad.

Es así como la cultura de la legalidad se robustece mediante el fomento de aptitudes, actitudes y valores democráticos, no sólo de las instituciones gubernamentales; sino en buena medida y necesariamente desde el núcleo de la institución familiar, educativa y de espacios que promueven la construcción de capital social (cultos religiosos, clubes y disciplinas deportivas).

Cabe entonces la reflexión sobre las siguientes preguntas ¿México requiere mejores políticos? o ¿México requiere mejores ciudadanos? La analogía mundialmente conocida ¿qué es primero, el huevo o la gallina?

De algo sí estoy completamente seguro, desde cualquier trinchera, todos somos responsables de generar acciones concretas que transformen positivamente la realidad de nuestros semejantes. Si al vecino le va bien, si al amigo le va bien, si a un desconocido le va bien: muy seguramente a nosotros nos irá bien y, como resultado, a México le irá mejor!

Se infiere, en consecuencia, que si la identidad mexiquense consiste en el “ser” parte de una sociedad plural, sentirnos orgullosos de pertenecer a un Estado multicultural y rico en tradiciones, la identidad política democrática, a la que aspiramos todos, es el “estar” conscientes, entusiastas y participativos junto a otros ciudadanos para convivir, emprender y cooperar en tareas comunes, que conlleven al progreso y el bienestar, con el único requisito de que se respete el estado de derecho.

 

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Jesús Izquierdo Rojas

Prosperidad política