Hoy hablaremos de la muerte de un gran personaje oriundo de España, pero nuestra ciudad de Toluca lo acogió como si estuviera en su casa, a la cual le entregó su trabajo y empuje, dejando un gran legado; estamos hablando de don Luis Gutiérrez Dosal.
La intempestiva muerte de don Luis Gutiérrez Dosal, el 24 de junio de 1959, quien había sido el gran mecenas del Toluca, no solamente conmovió a la ciudad sino que significó un año más difícil para el Club Deportivo Toluca.
El 24 de junio, cuando se celebra el día de San Juan, las campanas de todas las iglesias de Toluca doblaron en señal de un gran duelo. El hombre fuerte del Club Deportivo Toluca, y gran empresario, don Luis Gutiérrez Dosal, falleció. Esto causó gran consternación en el futbol toluqueño, así como en el mundo empresarial a nivel estatal y nacional.
Mientras las campanas redoblaron sus lamentos, entre los colaboradores más íntimos de Gutiérrez Dosal, cundió la pena y surgió la interrogante.
Dentro del seno de la importante institución se vislumbraron los más funestos augurios. La historia se repetía. Apenas en un lapso de cuatro años desaparecieron dos de los hombres que fueron vitales en la nueva vida del Deportivo Toluca: Francisco Negrete García y Luis Gutiérrez Dosal; su obra, especialmente la de don Luis, estaba en riesgo de derrumbarse, a pesar de los cimientos con que había sido construida. Todo estaba lleno de dudas y desaliento. Sin embargo, la obra debía proseguir. ¿Cómo y con qué medios…
Los señores Enrique V. Enríquez y Enrique Sánchez Montes de Oca, colaboradores directos de don Luis, ante la aflictiva situación creada con la desaparición del hombre-mecenas del Toluca, convocaron a una reunión, la cual tuvo lugar el día 2 de julio del mismo año inmediatamente a la infausta muerte de don Luis. Fueron ambos, quienes por propia voluntad del desaparecido, los designados para hacerse cargo de todo lo concerniente a la marcha de la institución y, ante tan grande responsabilidad, decidieron reunir voluntades, en busca de consejo y ayuda, como consecuencia de la junta extraordinaria, que tuvo efecto el 2 de julio, resultado de la que se realizó el 26 de Junio, dos días después de l el fallecimiento de Gutiérrez Dosal.
Con la rendición del informe del señor Enríquez, de la actuación comprendida entre el 26 de junio al 29 de Diciembre de 1959, se conocieron los pasos que los nuevos dirigentes provisionales tuvieron que dar con el objeto de que no quedara trunca la vida deportiva de la ciudad de Toluca.
En esa junta extraordinaria, del 2 de Julio, los señores Enrique V. Enríquez y Sánchez Montes de Oca, se vieron acompañados por Eulalio Torres Muro, la señora Enny Cravioto de Negrete (quien a partir de la muerte de don Luis se hizo cargo económicamente del Club), Justino Hernández, Nemesio Diez, Jaime Pons y Ernesto Monroy.
Dicha reunión tuvo lugar en las oficinas del Banco Agrícola y Ganadero de Toluca, bajo la presidencia de don Enríquez. En ella se informó que el 26 de junio habían sido requeridos por el señor Eladio Ruiz, encargado provisionalmente de la Dirección Técnica del equipo, para resolver la difícil situación que se presentaba por la pérdida del hombre tutelar del Deportivo, quien había venido haciéndose cargo totalmente del sostenimiento del plantel y de la Casa Club.
El señor Ruiz manifestó la angustiosa situación que eso planteaba y la imposibilidad en que se encontraban, de hacer frente a la responsabilidad económica que se presentaba, puesto que el campeonato 1959-1960 iba a iniciarse el 28 de julio y no se tenía, como era obligado, la contratación de jugadores, ni siquiera registrados en la Federación los pocos que continuaban con su contrato. Tal dificultad, haría imposible que el Toluca se presentara el día 28, en su juego contra el Atlas de Guadalajara y que lo conveniente era solicitar de la citada Federación un aplazamiento de dicho juego, mientras el Toluca procuraba reorganizarse y completar debidamente su plantel.
No habiendo sido aceptada la solicitud de aplazamiento o postergación del partido contra el Atlas, el Toluca perdió por primera vez en su historia, por default, su primer juego del Campeonato de 1959-60. Eladio Ruiz, por su parte, expresó su deseo de separarse de la organización, lo que dio lugar a que Fernando García, como ya se ha dicho, volvería hacerse cargo del comando del equipo.
Don Enrique V. Enríquez, presidente provisional en funciones, informó en esa reunión, que para que el Deportivo pudiera cumplir sus compromisos y seguir su brillante trayectoria, era indispensable recabar los fondos necesarios para hacer frente a las obligaciones económicas que se deriven de la permanencia del equipo en la Primera División.
La posibilidad de tal riesgo daba a entender que la situación era grave. Sin embargo, al llamado de los señores Enríquez y Sánchez Montes de Oca, respondieron generosamente doña Enny Cravioto de Negrete, don Justino Hernández, don Nemesio Diez, don Jaime Pons, don Ernesto Monroy y don Eulalio Torres Muro, y en días sucesivos hasta el término del Campeonato, se obtuvieron, de un grupo muy selecto de colaboradores, aportaciones económicas suficientes para solventar el compromiso. Cabe mencionar entre ese grupo distinguido de prominentes toluqueños: Banco Agrícola y Ganadero de Toluca, Sucursal del Banco Nacional de México, así como la del Banco de Comercio, Rafael Miranda, Automotriz Mexicana S.A, Mario Mena, Ricardo Fernández, Manuel Galarza, Alfonso Gómez de Orozco, Salvador de la Vega, Mariano Salgado, Antero González, Salvador Velasco, Eduardo Monroy, Guillermo Barraza, Francisco Amaro y Carlos Mendoza.
Mientras, el equipo pudo cumplir normalmente su desempeño en el campeonato 1959-60, que de no haber sido por la pérdida de los dos puntos no disputados con el Atlas, hubiera escalado posiblemente, un merecido tercer lugar.
Las instalaciones del Club fueron puestas a disposición de los directivos, mediante carta dirigida por doña Mercedes Negrete de Yarza Ochoa, quien estaba casada con el licenciado Carlos Yarza Ochoa (sobrino de don Francisco Xavier Gaxiola), a la atención de don Nemesio Diez, con fecha 23 de noviembre del citado 1959. Los términos de la autorización valen la pena consignarlos por cuanto son una prueba de fidelidad a la memoria de don Luis y porque en aquellas difíciles circunstancias, allanaron el problema que hubiese podido presentarse al carecerse de las instalaciones sede del equipo.
La carta en cuestión decía:
“En mi calidad de legítimo propietaria del Campo Deportivo Toluca, conocido con el nombre de Parque Luis Gutiérrez Dosal, por la presente confirmo en todas sus partes los arreglos que he tenido con su apreciable señor don Nemesio Diez”.
I.- Autorizo a ustedes seguir utilizando los bienes de mi propiedad para los objetos y fines para los cuales están hechos como campo destinado a la celebración de juegos de futbol y cualquier otro deporte.
II.- En todos los anuncios o en cualquier publicidad que se dé a los juegos que se celebren, deberá indicarse que el campo deportivo se denomina “Parque Luis Gutiérrez Dosal” en memoria de dicho señor.
III.- Deberán ustedes pagar directamente en las oficinas Recaudadoras de Renta, tanto en el Estado como del Municipio cualquiera suma que corresponda a contribuciones por servicios de agua, pavimento y atarjeas, considerando la última boleta y remitiéndose la penúltima en comprobación por la obligación que ustedes adquieren para conmigo.
IV.- Harán todas las obras necesarias para la conservación de las construcciones y del campo, de tal manera que o se deteriore y se destruya.
V.- Entregarán mensualmente la suma de $ 500.00 pesos (quinientos pesos 100/00 m.n) al Hospital de Niños Lisiados que lleva el nombre de Isabel Negrete de Gutierrez Dosal, recogiendo de las personas encargadas de su administración los recibos correspondientes y remitiéndose el penúltimo de ellos en comprobación del cumplimiento de la obligación que ustedes adquieran.
VI.- En igualdad de condiciones y si en el transcurso de un plazo de cuatro años contados a partir del mes de Diciembre de 1959, han satisfecho ustedes sus obligaciones y cumplido con lo aquí estipulado, no tendré inconveniente alguno en prorrogar el permiso que hoy concedo.
"En relación a lo anterior, si desgraciadamente desapareciera el equipo que lleva el nombre de Toluca o esa Asociación desapareciera por disolución o por causas semejantes, quedara sin efecto alguno el permiso que contiene esta carta.
"Teniendo en cuenta el cariño que tuve para mi padre político, el señor don Luis Gutierrez Dosal, y el afecto que este tuvo por su tierra adoptiva la ciudad de Toluca, quiero hacer constar de una manera expresa, que no me guía ningún espíritu de lucro al conceder el permiso que hoy otorgo, ya que no me producirá un beneficio personal ninguna de las cantidades que ustedes van a pagar ni incrementaran mi pecunio personal, pues es mi deseo que al conceder este permiso pueda yo demostrar que hago todos los esfuerzos necesarios dentro de mis posibilidades para seguir impulsando el deporte en la ciudad de Toluca.
"Ruego a ustedes de la manera más atenta, que cualquier perturbación en la posesión del inmueble en referencia o atentado en la propiedad del mismo, deberá dárseme a conocer para proteger mis intereses y derechos a través de los medios o recursos adecuados".
Pese a todo el El Toluca terminó en la quinta posición. Teodoro Castañón fue su mejor goleador con 14 anotaciones, seguido de Julio Maria Palleiro, con 10 anotaciones, y Carlos Carus, con 6. Aparecen jugadores como Juan Barrón, Dante Juárez, Rubén Uribe, Sigifredo “Chivo” Mercado, Florentino López, "El húngaro" Bela Kalloi, fue el técnico durante 19 partidos.